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José Antonio Jainaga, el paladín de la actividad industrial que tiene a Talgo en el punto de mira

José Antonio Jainaga, presidente de Sidenor. eE
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El nombre del empresario José Antonio Jainaga (Bilbao, 1954) es, en los últimos años, el comodín de grandes operaciones corporativas en España. El presidente de la siderúrgica vasca Sidenor, de Mirai Investments y de la Asociación de Empresas con gran consumo de energía (Aege) ha sonado como posible socio industrial de compañías como ITP Aero, -junto a Bain Capital-, Celsa y ahora es el turno de Talgo.

Jainaga es un hombre de industria formado en la Escuela de Ingeniería Industrial de Bilbao, centro donde se han forjado los dirigentes del sector protagonistas de la historia económica de Euskadi.

Así, la vocación del directivo de Sidenor es generar actividad industrial y su máxima es la discreción. No obstante, cuando decide hablar sobre un tema lo hace alto y claro y pese a quién le pese, como sucedió cuando opinó sobre los altos precios de la electricidad en la postpandemia, que no agradó a las utilities.

En su trayectoria profesional, José Antonio Jainaga ha trabajado en grandes firmas vascas como Sener, también en la gala Michelín, hasta que recaló en 2005 en 'la niña de sus ojos', Sidenor, como CEO.

El grupo siderúrgico, propiedad del empresario y expolítico vinculado al PNV, Sabino Arrieta, no pasaba un buen momento y Jainaga se encargó de sanar sus heridas. Después de hacerlo, Arrieta vendió la acería vasca a la brasileña Gerdau por 444,8 millones de euros, cuando él la adquirió por 13 millones.

Años después, Jainaga creó una sociedad familiar de inversión, Clerbil S.L. para participar en otros negocios industriales y energéticos, y recompró a Gerdau, junto a otros directivos de Sidenor, la compañía siderúrgica por 155 millones.

Sidenor ronda hoy en día los 1.000 millones de negocio, a pesar del complicado escenario que tiene su principal cliente, el sector de automoción, y tiene en torno a 1.850 trabajadores.

Impulsor de fusiones sectoriales

Otra característica que define a José Antonio Jainaga es su creencia de que la unión hace la fuerza, misma estrategia que comparte y difunde el Gobierno Vasco -especialmente en la era de Iñigo Urkullu- para formar grandes compañías mediante la fusión de corporaciones del mismo sector.

Durante años, el directivo ha enarbolado una propuesta al resto de la industria siderúrgica vasca, con el objetivo de conformar un gran grupo industrial del sector que pudiera hacer frente a la competencia en el mercado internacional. Llegaron a producirse reuniones, pero la propuesta del presidente de Sidenor nunca cuajó entre los interpelados: Tubos Reunidos, Tubacex y Aceros Olarra.

Jainaga intentó esta operación con la catalana Celsa, que tiene instalaciones en el País Vasco, entrando en su capital, pero tampoco prosperó, acabando finalmente en manos de fondos de inversión. Ahora el empresario bilbaíno ha puesto el ojo en otro sector industrial, como es el ferroviario, y estudia su entrada como socio industrial de la alavesa Talgo, tras rechazar esta opción el fabricante guipuzcoano CAF.

Para llevar adelante esta operación, José Antonio Jainaga -que ocupa el puesto 153 en el ranking 'Los más ricos de 2024 en España' que elabora El Mundo, con un patrimonio de 400 millones, y el décimo entre las fortunas de Euskadi-, cuenta con su vehículo inversor Mirai Investments, creado en 2019.

Según publicó elEconomista.es, Jainaga estaría dispuesto a inyectar fondos en el fabricante de trenes, que permita relevar al fondo británico Trilantic, que lleva años intentando salir de su capital.

La operación se llevaría a cabo a través de Mirai, que tiene en su radar adquirir negocios industriales con una trayectoria consolidada, pero que tienen capacidad de mejora operativa y están en transformación o tienen en marcha sucesiones en su accionariado, condición en la que se encuentra Talgo. El family office también acomete inversiones en empresas con altos estándares en materia de ESG y rechaza tomar posiciones minoritarias.

Mirai, el futuro

La participación de los principales interesados en vender equivale al 32,5% del capital de Talgo: Trilantic cuenta con un 30% y la familia Abelló posee un 2,5% dentro del vehículo inversor Pegaso Transportation, titular del 40,03% de Talgo y que comparten con la familia Oriol, sucesores del cofundador de la empresa. Quienes quieran tomar el relevo deberían desembolsar unos 133 millones.

Mirai, que significa futuro en japonés. tiene tres patas: Sidenor, Innometal y Ohmnia, ésta centrada en adquisiciones en el sector electrónico. Las diez empresas ya fusionadas por Mirai/Clerbil suman 500 empleados y 150 millones de inversión, pero su objetivo a medio plazo es alcanzar los 400 millones invertidos y llegar a 30 empresas y 2.000 empleados.

Para la entrada en Talgo, Jainaga tiene esta vez casi todo a su favor: la oportunidad y los recursos, a lo que se une el apoyo del Ejecutivo vasco y del central. Una inversión industrial a todas luces con futuro.

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