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"Estábamos cansados de vivir entre cuatro paredes": Una pareja de 50 años deja su vida en la ciudad para dirigir un refugio de montaña en los Alpes italianos

Rifugio Peller, en los Alpes italianos. / Foto: Google Maps

Son muchas las personas que, hartas del ajetreo de las grandes ciudades, buscan aumentar su calidad de vida en lugares rurales, donde poder llevar un ritmo vital más tranquilo y en conexión con la naturaleza. De hecho, es lo que pensó Manuela Ferri que, junto a su marido, hicieron un cambio radical y se marcharon a vivir y trabajar a los Alpes italianos.

Manuela Ferri tiene 50 años y es fisioterapeuta, mientras que su marido tenía un negocio de carpintería que tuvo que cerrar hace meses. Ambos vivían juntos en la ciudad de Vicenza, cuando decidieron poner rumbo a los Alpes italianos para regentar un refugio que se encuentra en plena naturaleza, a 2.000 metros de altitud en la montaña, ubicado en la región de Trento, tal y como recoge el medio francés Euronews.

"A mi marido y a mí siempre nos ha encantado la montaña, incluso cuando éramos niños", explica Manuela. "Mi marido tenía un negocio de carpintería que tuvo que cerrar en diciembre porque estaba trabajando solo, y yo tengo un estudio de fisioterapia que puedo dejar para la temporada de verano", añade en declaraciones recogidas por el mencionado medio.

Los dos estábamos cansados de hacer las mismas cosas y vivir entre cuatro paredes

"Los dos estábamos cansados de hacer las mismas cosas y vivir entre cuatro paredes, y todo encajó de forma muy natural", añade sobre los motivos por los que recorrieron 200 kilómetros de su anterior casa para instalarse en el Rifugio Peller, en plena montaña de los Alpes italianos. De hecho, están a 2.000 metros de altitud sobre el nivel del mar.

Entre las curiosidades que rodean a la nueva vida de esta pareja de 50 años es que tanto su refugio como otros cientos de las mismas características que se encuentran en los Alpes italianos están completamente aislados, sin conexión con la red eléctrica y sin suministro de agua. De este modo, producen energía con un generador y con paneles solares, mientras que el agua lo recogen de la lluvia.

Actualmente, este refugio cuenta con 31 camas, un restaurante y un servicio de traslado desde un estacionamiento cercano, donde los huéspedes son trasladados en una pequeña camioneta hasta el alojamiento, que se caracteriza por la plena naturaleza, tranquilidad y desconexión del estrés y el agobiante ritmo de vida de las grandes ciudades, además de las increíbles vistas que tiene.

En cuanto a las funciones de Manuela, esta se encarga del contacto directo con los clientes, mientras que su marido, al ser carpintero, se encarga de las reparaciones y el mantenimiento del refugio de montaña, mientras que Gabriele, hermano de Manuela, se encarga del sitio web.

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