Barcelona
La reforma de la financiación pactada entre ERC y PSC intenta conciliar la "singularidad" reclamada por el independentismo con la solidaridad interterritorial. La fórmula consensuada por ambos partidos se posiciona como una tercera vía entre la réplica del cupo vasco y la creación de una ventanilla única para el pago de impuestos, como pretendía el PSC con el desarrollo del consorcio tributario.
La Hacienda catalana, expresión que recoge el documento suscrito por socialistas y republicanos, gestionará el 100% de los impuestos a través de la ya existente Agencia Tributaria autonómica, que se dimensionará para convertirse en la única administración tributaria en la comunidad.
Para hacerse una idea, este ente solo cuenta con cerca de 850 efectivos, frente a los 5.000 que tiene la Hacienda estatal en Cataluña. De esta forma, queda enterrada la propuesta del consorcio defendida por el PSC y la Generalitat se hará con la llave de la caja en un organismo que eludirá el control del Estado.
A su vez, Cataluña abonará al Estado dos cantidades al año: una en concepto de los servicios prestados en la comunidad y otra como aportación a la solidaridad con los territorios menos prósperos.
Fuentes de ERC detallaron ayer que la letra menuda del modelo se abordará en una comisión bilateral creada ad hoc. Esta comisión echará a andar durante el primer semestre de 2025 y calendarizará el traspaso de la cesta integral de impuestos a la Generalitat. La formación independentista apuesta por iniciar este proceso con el 100% del IRPF. Actualmente, Cataluña gestiona solo el 50% del IRPF, además del 50% del IVA, el 58% de los impuestos especiales y los tributos propios.
Principio de ordinalidad
Más allá de la forma de recaudación, ERC no aclaró cómo se recalcularán las transferencias del Estado para Cataluña bajo este nuevo esquema. Al margen de invocar el principio de ordinalidad --que consagra que un territorio debe conservar su puesto antes y después de aportar a la caja común--, los republicanos mencionaron una serie de "competencias no homogéneas" que deberían tenerse en cuenta en el caso catalán, como el envejecimiento y la población en edad escolar.
Pero estos criterios también podrían ser exigibles por parte de otros territorios, con lo que la nueva financiación pensada en un inicio para Cataluña obligaría a repensar las transferencias para el resto de regiones. Tampoco está clara la fórmula para calcular la cuota de solidaridad interterritorial. Sí se ha precisado que se creará un órgano mixto Estado-Generalitat para auditar la ejecución de las inversiones en infraestructuras.
De acuerdo con los datos de 2021 estudiados por Fedea, Cataluña es una de las tres comunidades que son aportadoras netas, junto a Madrid y Baleares. Esto es, que entregan más de lo que reciben.