
El primer debate previo a las elecciones presidenciales de EEUU entre Joe Biden y Donald Trump ha encendido todas las alarmas en el bando demócrata debido al papel de su futuro candidato y actual presidente estadounidense, que acumula un historial de deslices y comportamientos que ponen en duda su estado de salud y su capacidad para afrontar una dura campaña electoral y un posterior mandato de cuatro años.
La actuación de Biden en el careo organizado por la CNN fue objeto de mofa por parte de Trump por sus despistes y su voz ronca en el debate y, lejos de despejar fantasmas, ha provocado que se alcen las primeras voces en el Partido Demócrata pidiendo su sustitución por un nuevo candidato a la Casa Blanca. La duda surge de forma inmediata: ¿es posible cambiar de candidato a menos de cinco meses de las elecciones?
Tal y como informa Bloomberg, no es una opción imposible. Los demócratas podrían cambiar a su candidato, pero se trata de un escenario francamente complicado que requiere de un cambio de viento radical en el seno del partido y de una serie de movimientos que deben darse de forma muy rápida en el tiempo.
Sustituir a Biden: no es imposible, pero sí difícil
El primer problema que plantea el cambio de candidato es el ingente apoyo que Biden ha reunido en las primarias celebradas durante los últimos meses. El presidente apenas tuvo oposición y amarró los apoyos de un partido que, a pesar de los rumores que han corrido de forma reciente espoleados por las redes sociales, sigue otorgando su confianza a Biden a pesar de su edad.
En el caso de que la confianza en Biden se quebrase de una forma significativa, el reloj corre en contra de un posible candidato alternativo. ¿La razón? La convención demócrata, en la que se elegirá al candidato que concurrirá a las elecciones, tiene lugar entre el 19 y el 22 de agosto, por lo que esa hipotética persona que se alzase como alternativa a Biden debería postularse en muy poco tiempo, una opción muy arriesgada en clave interna.
De hecho, esa fecha del 19 de agosto podría ser en realidad una mera formalidad y un candidato alternativo tendría menos tiempo, ya que el Comité Demócrata tenía previsto adelantar esa candidatura de Biden para ajustarse a la fecha límite de las votaciones en Ohio.
¿Quién podría sustituir a Biden?
Otra incógnita es la de los posibles candidatos que surgen como opciones para sustituir a Biden. ¿Quién podría dar el paso al frente? Entre las posibilidades, Bloomberg apunta a Kamala Harris, vicepresidenta; Gavin Newson, gobernador de California; J. B. Pritzker, gobernador de Illinois o Gretchen Whitmer, gobernadora de Michigan.
Una complicación añadida es la del coste de una campaña electoral que tendría que empezar de nuevo. Si bien los 212 millones de dólares de presupuesto con los que consta la campaña de Biden irían a parar a la de Harris en caso de que fuese ella la candidata, de ser otra persona la recaudación para su campaña tendría que comenzar con el contador a cero.
El precedente de Lyndon Johnson
Sea como fuere, y al margen de todos los condicionantes que se cruzarían en el camino de un nuevo candidato, existe un precedente que avala la posibilidad de que eso suceda. Hay que remontarse a marzo de 1968, cuando un Lyndon Johnson muy debilitado por la presencia de EEUU en la Guerra de Vietnam anunció de forma sorpresiva que no se presentaría a un segundo mandato.
Sin embargo, especifica Bloomberg, el de Johnson no es un caso que pueda compararse con el 2024, dado que el calendario de designaciones de candidatos de 1968 no era como el actual y, en ese momento, el presidente no había acumulado tantos apoyos de tantos estados como los que Biden ya ha conseguido en la actualidad al celebrarse las primarias con mayor celeridad.