
La operación de Barça Studios se enmaraña todavía más en los juzgados. Mientras el FC Barcelona busca un nuevo inversor que ponga los 40 millones que no abonó Libero el año pasado, ambas partes mantienen un enfrentamiento en los tribunales por esta cantidad. En enero fue el conjunto azulgrana el que demandó a la gestora alemana, que ahora ha respondido con una contrademanda contra la entidad por romper el contrato firmado.
El fondo alemán explica que ha presentado una contrademanda por incumplimiento de contrato contra Barça Produccions SL, la sociedad que aglutina la creación, producción, distribución y comercialización de productos audiovisuales del club que preside Joan Laporta. Lo hizo como respuesta a la demanda presentada por el Barcelona por el incumplimiento del pago de 40 millones que se había acordado.
En paralelo, Libero señala que el abono de esta cantidad estaba garantizado en su momento por un inversor externo "con una sólida situación financiera". Sin embargo, el socio se retiró. Por ello, ha iniciado también un procedimiento legal contra él para reclamarle los 40 millones con los que contaba.
En una nota remitida a la bolsa de Múnich, el fondo aspira a que estos procedimientos "se resuelvan en breve". Además, confía en que cualquier responsabilidad a la que se le pudiera condenar sería cubierta por el inversor final, por lo que espera que no suponga un golpe a sus cuentas.
Este frente legal es el motivo, dice la gestora, por lo que no ha presentado sus cuentas del año 2023, que debió hacer públicas en abril. La empresa ha pospuesto la publicación de los resultados hasta el 31 de julio a la espera de tener más claridad sobre el impacto que las demandas cruzadas puedan tener sobre sus estados financieros.
Se trata, no obstante, del segundo impago que vive el Barça con la misma palanca, aunque le haya servido para poder inscribir futbolistas a cambio de unos ingresos que no han terminado llegando. En verano de 2022, Jaume Roures y la plataforma Socios.com se comprometieron a desembolsar 100 millones cada uno por, respectivamente, el 24,5% de la filial. La cantidad total nunca se llegó a abonar, pero fuentes financieras aseguran que no se incumplió ningún contrato y que estaba previsto dar entrada a nuevos inversores.
Por ello en 2023 se dio entrada tanto a Libero como a un inversor asesorado por NIPA Capital, que compraron parte de las participaciones que, teóricamente, estaban reservadas por los dos antiguos propietarios. Así, el capital en la filial quedó con un 51% para el Barcelona, el 17,1% para Socios.com, el 2,4% para Jaume Roures, el 19,7% para NIPA y el 9,8% para Libero.
Resolver este asunto es clave también para el FC Barcelona. Por dos motivos. El primero, para equilibrar el fair play financiero ante La Liga y tener margen salarial para fichar, pues las previsiones contaban con los 40 millones impagados. En segundo lugar, porque recibir esta cantidad es uno de los pasos necesarios para abordar la salida a bolsa de la filial audiovisual, un camino que se ha explorado con la SPAC Mountain & Co I Acquisition Corp, pero que se ha retrasado en varias ocasiones.
Para lo primero, el club busca un nuevo inversor que cubra el dinero no abonado por Libero y se quede con el 9,8% del capital. Debería llegar antes del cierre del mes de junio -final del ejercicio contable-, si el club quiere cumplir con las promesas económicas hechas a la competición.
El impacto en las cuentas del FC Barcelona
A pesar de los repetidos giros de guion, el club sí uso estas operaciones para valorar en 400 millones la filial en cuestión. Al cierre de la temporada 2022/2023, antes de la entrada de Libero, se anotó un tanto de 400 millones a pesar de que solo llegó a ingresar en caja 20 millones –10 millones de Roures y 10 de Socios.com-, pero por la que se ha apuntó un beneficio "por la enajenación de participaciones en activos financieros" de 192 millones gracias a que fue la cantidad que acordaron pagar tanto Roures como Socios.com a repartirse entre los próximos años.
La entidad se apuntó unas ganancias añadidas de 208 millones de euros al revalorizarse el 51% que todavía ostenta de la filial a tenor de lo que se había acordado con los compradores Si lo que vendo, el 49%, vale 200 millones -192 millones al descontar gastos-; lo que tengo ahora, el 51% restante, vale 208 millones. "Es una jugada que si hubieran hecho otros sería una jugada maestra", presumió el entonces vicepresidente económico Eduard Romeu, en la presentación de resultados.
La organización señaló que la valoración la hizo un auditor del que no desveló el nombre. No obstante, la jugada puede ser un arma de doble filo: igual que se ha revalorizado, si no se cumplen las expectativas de negocio de la unidad o no se encuentran nuevos inversores que cubran las inyecciones de capital previstas habrá que deteriorarlo con las consecuentes pérdidas.