
Las consecuencias de las elecciones del 12-M han sobrevolado la sesión inaugural de las jornadas del Cercle d'Economia. En su discurso de bienvenida, el presidente de la asociación, Jaume Guardiola, ha lanzado un mensaje claro a las formaciones políticas: "Una nueva convocatoria electoral es un lujo que no nos podemos permitir".
En sintonía con la reciente nota de opinión de la entidad, el exconsejero delegado del Sabadell ha reclamado "transversalidad" a los partidos para "salir de los bloques" y pactar con organizaciones que pueden tener "visiones confrontadas".
Un llamamiento a enterrar definitivamente el proceso independentista que ha marcado Cataluña durante la última década. No ha pasado desapercibido que Guardiola puntualizara que conviene "explorar todos los pactos", en referencia incluso a una posible sociovergencia que sería del agrado del empresariado catalán.
Pero la invitación pactista de Guardiola no ha sido recogida por el presidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès. El dirigente republicano ha hecho mutis sobre los pactos post-electorales que marcarán la próxima legislatura en Cataluña. "En estos momentos, el país vive una etapa de impás político que corresponde al fin de una legislatura y al inicio de la siguiente. Corresponderá al nuevo Parlament decidir cuáles serán los siguientes pasos. Hoy no hablaré de actualidad política porque corresponde a quien tenga responsabilidad.", ha asegurado.
De esta forma, Aragonès se sacude de encima cualquier responsabilidad en la conformación del nuevo Ejecutivo autonómico. El todavía president se ha reafirmado en su paso atrás comunicado la semana pasada, cuando avanzó que no recogerá su acta de diputado y abandonará la primera línea política. Sí ha puntualizado que trabajará para que haya un "buen traspaso" con el nuevo equipo de gobierno. "No haremos un traspaso no de cinco minutos y un dosier", abundó.
Triunfalismo económico
Aragonès ha optado por centrar su intervención, que ha abierto la reunión anual del Cercle que se alargará hasta el próximo viernes, en repasar su gestión económica al frente de la Generalitat.
En un discurso no exento de triunfalismo, el presidente en funciones ha presumido de la buena marcha del mercado laboral y la llegada de inversiones al territorio: "La economía catalana es robusta. Podemos decir que la estabilidad y fortaleza de la economía catalana se ha demostrado, no es una opción coyuntural. Tenemos buenos cimientos que hay que saber aprovechar".
Pese a ello, el republicano ha insistido en la necesidad de mejorar la financiación autonómica, en línea con el mensaje lanzado por el independentismo en la última cita con las urnas. Además, ha reivindicado la apuesta por la "negociación" y el "diálogo" con el Gobierno que ha dado frutos como los indultos, la condonación de la deuda del FLA y la amnistía.
Pese a la insistencia de Guardiola, Aragonès no ha entrado a valorar los malos resultados de su partido en los últimos comicios. Este jueves, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, participarán en el encuentro del Cercle.