
Dcoop, referente del cooperativismo en la región, ha dado un paso más en su camino hacia la sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono. Con ese fin y para facilitar el uso de los vehículos eléctricos ha puesto en marcha un proyecto que pretende impulsar este tipo de movilidad respetuosa con el medio ambiente.
El primer paso de esta iniciativa contempla la dotación de puntos de carga para coches eléctricos en sus instalaciones. Por ahora se han instalado dos dispositivos en la sede central, en Antequera, dos en Mercaoleo, también en Antequera, y otro en la refinería
A los que se suma otro punto en la planta de envasado de aceituna de mesa de Monturque (Córdoba) y en la de Dos Hermanas (Sevilla). Además, Dcoop está negociando con una empresa de transportes externa para instalar dos cargadores eléctricos para camiones.
Por otro lado, la cooperativa ha comenzado a incorporar a su flota vehículos eléctricos e híbridos, como una furgoneta 100% eléctrica que se usa para la recogida de muestras de aceitunas y aceite en cooperativas socias del Grupo, además de coches híbridos.
"El objetivo es ir aumentando los vehículos más sostenibles", han indicado desde la entidad que sigue tratando de reducir su impacto ambiental también en otros segmentos de su actividad agraria.
Hace ya casi dos años que consciente del impacto social, ambiental y económico de su actividad, el grupo agroalimentario más grande del sur de Europa, integrado por más 200 cooperativas y alrededor de 75.000 familias agricultoras y ganaderas, se comprometió con un modelo productivo sostenible en su iniciativa 'DCOOP 2030, de la estrategia a la táctica'. Se trata de una iniciativa articulada en tres grandes ejes de actuación sobre el cuidado del medioambiente, las personas y el medio rural.
Entre las medidas que recoge la estrategia del Grupo figura el cálculo de la huella corporativa de carbono según la norma internacional ISO 14064. Esto supone un ambicioso plan de contabilización de emisiones desde el árbol hasta el producto terminado en cultivos donde DCOOP es líder mundial como el aceite y la aceituna, o tiene un peso muy importante sobre la producción total nacional, como el vino y los frutos secos.
La norma garantiza que los datos calculados reflejan la huella real y permite diseñar un plan de descarbonización con plazos y objetivos realistas, que pasan por la paulatina sustitución del uso de combustibles fósiles por fuentes autónomas de energía renovable (biocombustibles y cubiertas solares) y optimización del uso de recursos para la fabricación de sus productos: agua, energía, materias primas y auxiliares.
En paralelo, el equipo técnico de campo de DCOOP compuesto por 35 profesionales asesora 100.000 hectáreas de cultivo en prácticas agronómicas sostenibles como la fertilización racional, el manejo del suelo para el máximo aprovechamiento de los recursos hídricos o la gestión de los restos poda y otros residuos que se revalorizan en forma subproductos o biocombustible.
Además de reducir las emisiones, este asesoramiento técnico del que se encarga DCOOP también ha puesto en marcha un Plan Marco de Biodiversidad para preservar la conservación de las especies que habitan en el entorno de los cultivos.