
Warren Buffett, uno de los inversores más reconocidos del mundo, ha saltado a los titulares por una polémica guerra entre peluches. Esta vez, el apodado como 'oráculo de Omaha' no protagoniza una historia de éxito más en el mundo de la inversión, sino una pelea por los Squishmallows, el juguete más vendido de Estados Unidos, del que es dueño, y que se encuentra en camas o sofás como el de Kim Kardashian.
Los Squishmallows son un peluche almohada de forma ovalada muy popular en EEUU, aunque también se venden en España (el precio ronda los 12 euros). Normalmente, son figuras de seres sonrientes, ya sea un animal o un plátano con dos ojos y expresión amable. Hay más de 3.000 modelos y, entre ellos, una versión del propio Buffet reconvertido en cojín. Aunque todo esto pueda parecer banal, estamos ante el juguete más vendido del país.
Este producto lo fabrica la marca Kelly Toys, uno de los múltiples sellos de Jazwares. Esta compañía tiene marcas de juguetes como los de la saga Pokémon, Hello Kitty o de personajes de videojuegos como Star Wars o Call of Duty. La empresa es propiedad de Warren Buffett y uno de sus productos estrella son los Squishmallows.
Estos no dejan de crecer en ventas, que solo en 2022 se cuadruplicaron. Tal éxito no ha pasado desapercibido para la competencia, que ha copiado el peluche y anunció hace un mes. La reacción del famoso inversor no se ha hecho esperar y ha demandado a Build-A-Bear, otra firma de juguetes, por imitación, según la agencia AP News. Su rival lanzó los Skoosherz, una propuesta que recuerda mucho a los Squishmallows.
En realidad, el trasfondo del asunto es que ambas compañías compiten por un nicho muy jugoso. No el de los peluches en sí, sino el de juguetes que compran adultos. Las empresas que trabajan en este sector se están dando cuenta de que los niños no son la fuente de ingresos más interesante, sino que el verdadero negocio está en los clientes más maduros. Es el tipo de perfil de adulto que compra desde Lego hasta los peluche-almohada. En parte, el éxito de los Squishmallows se debe a que se viralizaron en redes sociales, lo que hizo que llegaran a un público muy amplio.
Las propias Jazwares y Build-A-Bear han explicado en varias ocasiones esta tendencia. Son los adultos los que están impulsando las ventas de juguetes, una dinámica que se reforzó en la pandemia y que no ha dejado de crecer desde entonces. Otras casas, como Lego, también viven el mismo fenómeno. De hecho, todas se posicionan como vendedoras de juguetes para todas las edades.
Berkshire Hathaway, la firma de inversión de Buffett, compró Jazwares por 12.000 millones de dólares en 2022. Su competidora y presuntamente plagiadora, Build-A-Bear, es una firma cotizada que vale más de 300 millones de dólares en bolsa. En los nueve meses fiscales del ejercicio, la de juguetes ha obtenido unos ingresos de 337 millones de dólares, un 4,3% más en tasa interanual. Tiene en torno a 500 tiendas físicas, según sus datos.
No es la primera vez que Jazwares toma acciones legales para defender la propiedad intelectual de sus peluche-almohada, ya que también hizo lo propio con el gigante chino Alibaba, a quién también acusó de copiar los Squishmallows.
La firma de Buffett defiende en la demanda que su rival ha copiado la imagen y la esencia de los peluches, el mundo que han creado en torno al juguete, detalla Reuters. Además, dicen que lo han hecho "descaradamente" y que su plagio lleva a confundir a los consumidores entre ambas marcas. Por su parte, Build-A-Bear argumenta que ese tipo de producto lleva años en el mercado y que el modelo no tiene nada de único.