
La presidenta del Congreso, Francina Armengol se sirvió de su discurso en la apertura de la XV Legislatura para hacer un alegato en favor de la amnistía de 1-O y aprovechó para reivindicar la legitimidad del Gobierno de coalición entre el PSOE y Sumar ante quienes, desde su punto de vista "distorsionan la realidad o cuestionan importantes valores democráticos desde la opacidad de la disputa".
La presidenta de la Cámara Baja aprovechó también para reivindicar los "avances legislativos" de las últimas décadas, citando casi exclusiva iniciativas parlamentarias del PSOE. Así hizo referencia a la ley del divorcio, la despenalización del aborto, el Ingreso Mínimo Vital, la ley de dependencia o la propia de la eutanasia. De las legislaturas del PP solo mencionó la supresión del servicio militar.
El PP y Vox criticaron el discurso de Armengol y le negaron el aplauso por considerarlo poco institucional y partidista. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, afirmó que su partido no aplaudió a la presidenta del Congreso porque su discurso fue una "provocación" y algo "lamentable". Señaló también que la intervención de Armengol fue el "peor" discurso de un presidente de la Cámara Baja que había escuchado en su vida.
En la misma línea, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, denunció que la tercera autoridad del Estado no puede "excluir todo aquello que no ha sido impulsado por el PSOE". Lo que "es sectario, excluyente y sigue el mandamiento de Sánchez de levantar muros no puede contar con nuestro aplauso". dijo.
El líder de Vox, Santiago Abascal, afeó el discurso de Armengol diciendo que los mítines los aplaude en los actos Vox. Por el contrario, destacó que el discurso del rey fue de "defensa del orden constitucional y del sentido de la monarquía como una institución que encarna la unidad de la permanencia de España".