La tranquila localidad portuguesa de São Lourenço do Bairro vivió este pasado fin de semana un suceso cuanto menos curioso: sus calles se vieron inundadas, pero no por un evento meteorológico, sino por más de dos millones de litros de vino tinto.
La imagen dejó un panorama casi increíble: una riada de vino tinto inundando las calles del pueblo y especialmente visible por los parroquianos de la iglesia de la localidad y que por suerte no generó daños personales y solo provocó daños en un bajo de una vivienda.
La causa de esta auténtica riada (con los más de dos millones de litros se podría haber llenado incluso una piscina olímpica) fue la rotura de dos tanques de vino rojo de la destilería Levira, situada en una colina en lo alto de la localidad, razón por la cual el río bajó sin oposición alguna.
Lo que ha sido una anécdota que no ha ido a más pudo ser una catástrofe medioambiental, ya que esta riada de vino tinto estuvo cerca de llegar al cauce del río Cértima. Sin embargo, los bomberos y las autoridades locales lograron redirigir la riada para que desembocase en un campo cercano.
La destilería Levira emitió un comunicado difundido por el Daily Mail en el que pidió perdón: "Asumimos toda la responsabilidad de los costes asociados a la limpieza y reparación de los daños, teniendo equipos disponibles para hacerlo de forma inmediata".
