
Amy Porterfield era una desarrolladora de contenido en la compañía especializada en estrategias de negocio Tony Robbins. Poseía unos ingresos fijos y vacaciones pagadas, pero para ella no era suficiente. Pero en la empresa conoció a muchas personas que creaban negocios en línea, y supo que quería para sí misma la libertad de estos trabajadores.
Así, Porterfield decidió abandonar su trabajo estable e indefinido, para probar con varios tipos de negocios. Uno de ellos fue ofrecer cursos en internet, o trabajar en el sector de las ventas. En el año 2019, con la creación de su Escuela de Cursos Digitales, finalmente encontró lo que buscaba. Se trataba de enseñar a los interesados sobre cómo crear cursos y clases online ellos mismos.
¿Qué aprendió en esa etapa?
"Fue el mayor lanzamiento de mi vida, con la mayor cantidad de valoraciones", y añadía orgullosa que ha ayudado a en torno a 50.000 estudiantes. Asegura también que el negocio le ha reportado decenas de millones de dólares en beneficios.
Porterfield publicó en el mes de febrero su obra "Aviso de dos semanas", en la que explica varias señales de alarma (o 'red flags') que ella misma aconseja tener en cuenta para saber si la persona debe abandonar su empleo o no, en caso de estar preocupada por esta cuestión.
Porterfield detalla que su libro fue escrito pensando en "aquellos que están en un cubículo ahora mismo mirando a su alrededor y pensando que tiene que haber algo mejor para ellos".
Los indicios para marcharse
1. Una retribución salarial insuficiente
El primer caso que menciona la autora es que el empleado considere que sus labores no están correctamente recompensadas en términos económicos. Para Porterfield, se trata de una señal clara para dejar esa ocupación. Añade su propia experiencia, cuando en un trabajo previo vio por accidente la nómina de un compañero en un fax. Porterfield afirma que tenía un mayor volumen de trabajo que su compañero, así como que su antigüedad era igualmente mayor. A pesar de todo, supo que aquel otro estaba mejor pagado, y ello la impulsó a buscar otras oportunidades, cambiando de trabajo a los 3 meses desde ese momento.
Pew Research Center, 'think tank' estadounidense, indica que en dicho país las mujeres ingresan de media el 82% de lo que ganan los hombres. Porterfield dice entonces que: "Estar mal remunerado es un gran desencadenante del 'Se acabó para mi, tengo que pasar página'. Y si bien admite que se puede aprovechar para intentar paliar el descontento pidiendo un aumento de salario, "se debe optar por un plan B" en caso de no obtenerlo.
2. Falta de reconocimiento o de pertenencia
El segundo escenario es cuando el trabajador cree que no está siendo tratado adecuadamente por parte de sus jefes. Aquí, Porterfield vuelve a aconsejar que se piense en una estrategia para cambiar de ocupación profesional. "A veces la gente se siente invisible con su empleo de ocho horas. Tienen ideas y las plantean, pero no se les presta atención", detalla, puntualizando que ese quizás sea un signo de que el trabajo no ofrece oportunidades de crecimiento.
La autora recomienda a quienes se sientan invisibles e infravalorados en su empleo, y y crean que no se valoran suficientemente sus ideas, buscar otras oportunidades en las que los superiores estén dispuesto a escuchar a sus empleados. Añade la alternativa de comenzar un negocio, modelo a través del cual "tus ideas se convierten en la prioridad número 1".
3. No desear el trabajo de tu jefe
El tercer y último escenario resaltado por la autora es cuando la compañía no ofrece las posibilidades o el ascenso que la misma persona desearía tener. "Una señal de alarma que se suele pasar por alto es mirar al jefe, y pensar en trepar por la estructura de la organización, para preguntarse si obtener su puesto es algo que resulta de agrado al empleado", comenta Porterfield. Y es que la autora habla de la importancia de mirar hacia el futuro, tratando de visualizar dónde se puede acabar trabajando dentro de la empresa. Entonces se sabrá si ese es el camino que se desea seguir.
Entonces, si una vez efectuada la reflexión uno llega a la conclusión de que no quiere obtener ese tipo de trabajo, atrayéndole la idea de "ganar más dinero, hacer algo más creativo, o algo que entusiasme más", la autora dice que se trata de una clara señal de que esa compañía no es la adecuada.
Para terminar, Porterfield tiene un mensaje para aquellos lectores que ya hayan decidido que su lugar de trabajo actual no es aquel en el que querrían estar: "Date tres, seis, nueve o incluso doce meses para planificar tus próximos pasos. Después, cuando lo tengas claro, sal ahí y encuentra un lugar en el que crecer".