Este miércoles, 12 de julio, es el día marcado por las previsiones meteorológicas para que comiencen a disminuir las temperaturas y demos fin a la segunda ola de calor del verano. Con más de 40 grados en muchos puntos del país, el intenso calor ha llegado de la mano de una gran dorsal africana situada al este de la Península, en el entorno de Argelia, que está induciendo un flujo de componente sur en la mayor parte de la Península y en Baleares.
Así durante estos días se ha introducido en el país una masa de aire muy cálida y seca. Y junto con ella, aunque con algo de retraso, también está llegando a buena parte de la Península una masa de polvo en suspensión procedente del Sáhara.
En concreto, el desplazamiento de polvo se dirige a todo el país a excepción de áreas del noroeste y norte. O lo que es lo mismo, hacia el Mediterráneo Occidental. También afectará a algunas zonas tanto de Italia como del sur de Francia. Esto es lo que ha detectado un seguimiento llevado a cabo por el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (CAMS).
Alta concentración de partículas
Según el CAMS, este desplazamiento de polvo comenzó el pasado fin de semana con una "elevada" concentración de partículas (PM10). Y aunque las mayores concentraciones se esperaban para este martes, el polvo en suspensión no comenzará a retirarse hasta este miércoles.
Además de reducir la visibilidad y dar lugar a la calima, el polvo mineral en suspensión puede tener repercusiones en la salud. De hecho, en las zonas más afectadas las PM10 excederán el umbral de exposición media diaria de 50 microgramos por metro cúbico que ha sido dictado por la UE para este tipo de contaminantes. Según el científico sénior en el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus, Mark Parrington, estos pronósticos muestran concentraciones "más elevadas" de partículas en superficie así como a "mayor altura" en la atmósfera, lo que contrasta con ciertos episodios ocurridos en el Mediterráneo a principio de año.