
Recientemente, el Juzgado de Primera Instancia nº 5 de Pamplona ha condenado a dos inquilinos a pagar 4.433 euros al propietario del inmueble en el que habitaban, debido a los costes de reparación y limpieza derivados de los desperfectos que estas personas han causado. En este caso existe la denominada como "presunción de culpabilidad". ¿Qué es y por qué se da en ciertos escenarios?
De acuerdo con la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), las reparaciones de un piso de alquiler suelen correr a cuenta del arrendador o propietario, pero existen excepciones y esta es una de ellas.
¿Cuál es el caso?
Según indica idealista, el arrendador de la vivienda reclamaba a sus arrendatarios unos costes de reparación y limpieza del inmueble de 4.527,97 euros. También exigía el pago de facturas que los inquilinos no abonaron durante varias mensualidades, así como la renta de un mes que estos no pagaron. Cabe añadir que se alquiló esta propiedad a dichas personas entre 2015 y 2021, año en el que los mismos decidieron finalizar el contrato.
Yendo ahora al detalle, el contrato de arrendamiento contaba con varias cláusulas que exigían unas condiciones de conservación y habitabilidad de la vivienda. Por contra, no existía antes de la firma del documento un inventario detallado de los muebles ni del estado de conservación. Esto es un error, ya que hacerlo podría ofrecer pruebas concluyentes a ambas partes en caso de conflicto.
Tras la resolución del contrato se encontraron daños en la cocina, baño, mobiliario y suciedad general, debido a que los inquilinos incumplieron su deber de cuidado del inmueble, acordado en el contrato de alquiler. Por tanto, la jueza dictaminó que el estado con el que se devolvía el inmueble no correspondía a lo que debe ser un uso habitual del mismo. No reflejaba el estado previo a la firma del documento, y por ello la justicia considera que el arrendador debe ser indemnizado con 4,433,773 euros, además de los intereses legales.
Existe una presunción de culpa
Cuando finaliza un contrato de alquiler, los problemas pueden surgir de la falta de responsabilidad de una de las partes o de ambas, así como del incumplimiento de sus obligaciones en el contrato. El Código Civil recoge en su artículo 1563 que: "El arrendatario es responsable del deterioro o pérdida que tuviera la cosa arrendada, a no ser que pruebe haberse ocasionado sin culpa suya". En este caso, y de forma opuesta a la conocida presunción de inocencia, el inquilino debe probar que no es culpable de aquellos hechos de los que se le acusa.
De ahí la importancia del inventario detallado del mobiliario y del estado de la propia vivienda, adjuntando pruebas visuales, para llevar a cabo antes del contrato. Esta es la mejor manera de prevenir un conflicto durante o tras la vigencia del contrato, o al menos de solucionarlo cuanto antes.