
En su cuenta de Instagram, Phillip Galles se definía como un "hedge fund manager by day & alcohol importer by night" ("Gestor de fondos de cobertura de día e importador de alcohol de noche") y presumía de su impresionante yate, así como del carísimo anillo de compromiso que le había comprado a su novia. Una imagen de éxito que también mostraba a sus clientes, a quienes aseguraba que, gracias a sus operaciones, obtenía rendimientos que superaban el 363,29%, entre otras cosas. Sin embargo, todo era mentira y, ahora, ha sido acusado de robar presuntamente más de 2 millones de dólares.
En concreto, Galles afirmaba a sus clientes que su empresa, Tyche Asset Management, había recaudado más de 2.000 millones de dólares a los 60 días de poner en marcha su fondo, contaba con "275 millones de dólares bajo gestión en EEUU y 1.700 millones de dólares en paraísos fiscales", tenía múltiples oficinas y que su plantilla de más de 100 personas estaba formada por antiguos empleados de Goldman Sachs. Y, además, "un conocido propietario de un equipo deportivo profesional" y un fondo soberano kuwaití estaban interesados en invertir con su compañía.
No obstante, en lugar de invertir en materias primas y obtener importantes beneficios, Galles dirigía un esquema Ponzi y utilizaba el dinero de los nuevos clientes para pagar los intereses de los primeros inversores, al igual que sus propios gastos personales, según detalla el fiscal federal de Nueva Jersey, Philip Sellinger. Por ejemplo, con una inversión de 100.000 dólares, pagó la factura de una de sus tarjetas de crédito, realizó compras en una tienda de colchones y en una joyería, devolvió dinero a un cliente anterior e, incluso, le dio para enviar algo a su novia.
Además de presumir de yate y anillo de compromiso, el gestor también decía tener una colección de 122 coches de lujo, cuadros de Picasso y Chagall, y varias mansiones en Miami, Chicago y Londres. Posteriormente, las autoridades descubrieron que los vehículos de alta gama no eran propiedad de Galles, sino que los había alquilado.
Las alarmas saltaron cuando uno de los clientes de Tyche Asset Management intentó recuperar 190.000 dólares de su inversión. A esto, el gestor respondió con excusas para no devolver el dinero. Entre otras cosas, dijo que su compañía había sido víctima de un fraude, que los bancos estaban teniendo problemas para realizar las transferencias y que, "estaba enfermo", explica el Gobierno de EEUU y recoge Bloomberg.
Galles está acusado de un delito de fraude electrónico, el cual se castiga con una pena máxima de 20 años de prisión y una multa de 250.000 dólares o el doble de la ganancia o pérdida bruta implicada en el delito, la que sea mayor.