
Jesús Calleja es conocido por su afición al riesgo en la vertiente deportiva, aunque ahora también se ha marcado un nuevo objetivo en los negocios. Y es que ha elegido como una de sus nuevas aventuras el invertir en el renacimiento de la marca automovilística española Ebro, desaparecida en 1987 y que revivirá a finales de 2024 a través de una pick up eléctrica presentada ayer por él mismo en el salón Automobile Barcelona.
Calleja reconoce que el motivo de su inversión es emocional, ya que la marca Ebro le remonta a su infancia. Se crió en un molino, explica, en el que recuerda que los carros tirados por caballos fueron relevados por tractores de la marca Ebro, logotipo que también protagonizó la llegada de los camiones y el vehículo de bomberos de su localidad natal.
Además, la relación con el resurgimiento de Ebro le llegó por su afición a los rallies, ya que el proyecto industrial actual toma como base lo aprendido en una iniciativa que nació en 2014 y ha participado en 18 ediciones del Dakar con un vehículo eléctrico todoterreno del que solo existen dos unidades, indican sus desarrolladores. Precisamente el todoterreno ligero de Ebro ejerció de 'coche 0' en la etapa inaugural del Rally Dakar 2022.
Por otra parte, Calleja incide en la importancia de contar con fabricantes nacionales pese a la globalización del sector de la automoción. Con todo, su inversión es minoritaria. En el renacimiento de Ebro están implicados Jaton Racing, Api Brothers, Btech (como desarrolladora de los vehículos) y Nexus Projectes, si bien el máximo accionista es EV Motors, firma especializada en invertir en proyectos de electromovilidad y que también prevé formar parte del hub que ha sido seleccionado para relevar a Nissan en la Zona Franca de Barcelona.
Vuelta a los orígenes
La casualidad ha hecho que la nueva Ebro resucite ahora en el mismo lugar donde nació la marca. Y es que los primeros modelos de la Ebro original salieron en 1967 de los mismos terrenos de la Zona Franca en los que se instaló Nissan tras el fin de la firma española.
Una vez más, después de que la compañía japonesa decidiese poner fin a su producción en Barcelona tras cuatro décadas de actividad, Ebro regresa para ser producida en las instalaciones del hub de descarbonización elegido para tomar el relevo de Nissan.
De hecho, hay más vinculaciones con Nissan, ya que la pick up eléctrica de Ebro, todavía sin nombre, está diseñada a partir de la plataforma de la Nissan Navara, y Ebro prepara futuros modelos entre los que se encuentra una furgoneta eléctrica de última milla basada en la eNV-200 de Nissan. Ambos modelos japoneses se fabricaban en la planta barcelonesa, y reutilizar su estructura básica permite aprovechar las líneas de producción.
La inversión estimada que acometerá Ebro se sitúa entre los 60 y los 70 millones de euros por modelo, según su consejero delegado, Pedro Calef, ingeniero mecánico que acumula 25 años de experiencia en el sector de la automoción y trabajó en Nissan y en Btech.
Para acometer dichas inversiones, también confían en el apoyo público. Ebro no optó a las ayudas del primer Perte VEC, pero sí prevé acudir a la segunda convocatoria para contar con la contribución de fondos europeos Next Generation.
La pick up eléctrica de Ebro va destinada a uso profesional y para el sector industrial, si bien más adelante no descarta abrir mercado entre los particulares. Su primer modelo tiene una potencia máxima equivalente a 300 caballos y una autonomía de 440 kilómetros con unas medidas "europeas" de 5,2 metros de largo, 1,84 de ancho y 1,78 de alto. Y es que en una primera fase se centrarán en vender en Europa, si bien tienen vocación global. Por ahora, ya están en contacto con clientes interesados de cinco países.
Calef destaca que el renacimiento de Ebro conserva la esencia histórica de la marca de fabricar "vehículos para trabajar", pero ahora eléctricos. La hoja de ruta prevé alcanzar una producción de 50.000 vehículos anuales en 2027, repartidos en varios modelos.
Ello permitirá contribuir a contratar a exempleados de Nissan que no han encontrado un nuevo trabajo, y que son unos 1.200 a repartir entre el conjunto de integrantes del hub de descarbonización.