Johanne Siy es chef del restaurante Lolla, situado en Singapur, y el cual ha sido galardonado con una estrella Michelin. La misma proviene del mundo corporativo, y aunque su llegada a esta industria no fue para ella nada sencillo, tras 10 años trabajando en cocina la misma asegura que es aquí donde pertenece.
Durante una entrevista con CNBC Make It, Siy comentaba: "Estaba demasiado entusiasmada dentro de la cocina, por lo que utilizaba dicha energía para realizar un buen servicio. Se parece mucho al deporte. Cuando los miembros del equipo se unen, entonces es muy gratificante sacar algo adelante".
Cuando se le preguntó por un cambio tan radical en su trayectoria profesional, esto es lo que contestó.
No le servía el "camino convencional"
Para ella, el camino convencional en la vida sigue la siguiente estructura: graduarse en la universidad, conseguir un trabajo decente, crear una familia y criar a los hijos. Siy ya había cumplido los dos primeros pasos, trabajando en la multinacional Procter & Gamble en Singapur, donde tras 6 años era la gerente regional de marca y estaba bien pagada. Pero no se sentía satisfecha.
"Hubo un momento en el que consideraba si esto es lo que realmente querría hacer toda mi vida, porque no hace que salte de la cama cada mañana. Y siempre me ha encantado cocinar, pero nunca lo he visto como un trabajo. Además, nadie me habría animado a escoger un trabajo manual como este", argumentaba la chef. Así, optó por ello tras un tiempo de reflexión sobre lo que realmente quería en su vida, y cuando se dio cuenta de que su mente le daba muchas vueltas al tema de la cocina.
Cuando llegó la hora de dejar su empleo corporativo Siy, con entonces 28 años, supo que comenzaría con unos ingresos significativamente menores. Entonces se cuestionó: "¿Te apasiona tanto como para estar dispuesta a dejar ir parte de tu estilo de vida y vivir de forma más simple? Tienes que ser muy honesto contigo mismo, pensarlo bien y evaluarte a ti mismo", asegura.
Entender el proceso
Siy ofrece un consejo para quienes estén dispuestos a realizar un cambio de semejantes dimensiones: moderar las expectativas, y entender bien de qué se trata antes de actuar. "Todo lo que vemos en los medios siempre está fantaseado, especialmente en nuestro campo, pero cuando llegas a la cocina tus primeros pasos son cosas como fregar el suelo", comenta, sin querer pasar por alto las repercusiones físicas que la incertidumbre y los cambios del comienzo causaban en ella.
"Cuando era más joven, tenía un sentimiento de orgullo que además me hacía no pedir ayuda a compañeros, por ejemplo a la hora de transportar objetos pesados. La chef no se detuvo y siguió avanzando, incluso se unió al afamado Instituto Culinario de Estados Unidos en 2010. Así, hasta su empleo actual en Lolla, creó un CV interesante en base a sus experiencias en Nueva York, Suecia y Dinamarca.
Predicar con el ejemplo
Siy considera que la industria culinaria está en su mayor parte liderada por hombres. "No es sostenible, pues todas las cocinas necesitan más personal, y si no se convierten en un lugar más equitativo, entonces dudo que la industria pueda sobrevivir", asegura. Es por esto que la misma valora enormemente la actitud del responsable del restaurante, a la hora de promover la igualdad de oportunidades para todos.
Entonces, con su actual potestad para contratar a nuevos trabajadores, Siy comenta que es muy estricta con su selección. "Cuando pregunto a los candidatos, me intereso por su estilo de trabajo, y cómo se relacionan y cooperan con los demás. La cultura de Lolla es familiar gracias a estas cosas. Somos un equipo y nos ayudamos unos a otros", afirma con convencimiento.