Las bodas se han convertido en todo un evento. Desde la ceremonia hasta el baile han surgido todo tipo de negocios, que han hecho que los costes de casarse alcancen los 21.790 euros. Así, España es el segundo país que más gasta del mundo, después de Estados Unidos (27.191 euros), según datos de Stadista.
De esta forma, los españoles se dejan el 47,6% de lo que cuesta la entrada de una vivienda, que según los últimos datos son 45.770 euros. Les siguen países como Italia, que destina 20.900 euros de media; Canadá, con 20.393 euros; o Reino Unido, con 17.880 euros. En España, se produce este incremento del coste, mientras el número de matrimonios no ha parado de disminuir desde 2007.
El aumento del coste no solo se debe a unos precios más elevados, sino a la contratación de más servicios. Cada vez se busca más que las celebraciones se conviertan en una experiencia inolvidable con disfraces, un DJ, grupos de música en directo, juego de luces, neones o fuegos artificiales, entre otros muchos suplementos
También influye el número de invitados, que suele sobrepasar las 100 personas. Algo muy común en la cultura española, donde las fiestas las asociamos a una multitud de gente, solo hay que ver las Fallas o los Sanfermines.
Esta situación también ha repercutido en la cifra del regalo. Antes, los novios hacían una lista en la que el invitado simplemente se escogía un producto ya preseleccionado por la pareja y aportaba la cantidad correspondiente. Ahora, se suele incluir una cuenta bancaria en las invitaciones, a la que los asistentes transfieren la cifra de dinero que se supone que cubre su cubierto. En un estudio realizado por el portal Bodas.net detallan el coste medio por invitado en las Comunidades Autónomas van desde los 229 euros de Navarra hasta los 108 euros en Andalucía.
Alrededor de las bodas han surgido nuevas profesiones como la planificadora de bodas o wedding planner que se encarga de organizar parte o el evento completo. Sus honorarios van desde los 1.500 euros, en función de lo que demanden los clientes. Así mismo, hay mayor demanda de préstamos o las cuentas de ahorro para bodas. Según BBVA Research, estos son "muy frecuentes".
Además, se espera que la inflación tenga repercusión sobre el coste final, debido al encarecimiento de la materia prima. Sin embargo, este no se percibirá hasta 2024, ya que los presupuestos de este año se prefijaron en 2022.