
En 2018, Escocia se convirtió en el primer país del mundo en establecer un precio mínimo para las bebidas alcohólicas. Así, el precio mínimo al que se ha vendido una determinada bebida alcohólica ha sido mayor o menor conforme a la cantidad de alcohol que la bebida incorporase; a más graduación, un precio mínimo más elevado.
Como resultado, la adopción de la medida elevó el precio de la cerveza y de los licores más económicos.
El objetivo que perseguía esta medida fue desincentivar el alto consumo de alcohol en el país, con altas tasas de criminalidad y muertes asociadas al alcohol.
Sobre este segundo propósito, la revista The Lancet ha publicado un estudio que analiza el efecto de la fijación de precios sobre la mortalidad de la población. Según este, la medida se asocia con una disminución del 13 % de las muertes que se producían en Escocia por consumo de alcohol.
"Nuestros hallazgos indican que la política está teniendo un impacto positivo en la salud pública: su implementación se asocia con menos muertes específicas por alcohol en hombres", indica el Dr. Grant Wyper, autor del estudio y asesor de inteligencia de salud pública en Public Health Scotland, organismo que ha financiado el estudio.
Antes y después
Para alcanzar esta conclusión, Wyper y su equipo han comparado los datos sobre muertes y hospitalizaciones atribuidas al consumo de alcohol en dos periodos: entre enero de 2012 y abril de 2018 (antes de la adopción de la medida) y entre mayo de 2018 y diciembre de 2020 (tras la introducción de la medida).
Tras analizar ambos periodos, se descubrió que en el segundo periodo se había producido un descenso del 13,4 % en las muertes por consumo de alcohol. Estas cifras equivalen a unas 150 muertes provocadas por el alcohol cada año de media. Además, estas diferencias fueron más significativas en las áreas económicamente más desfavorecidas, en las que la tasa de mortalidad era cinco veces mayor hasta que se adoptó la medida.
El estudio también observó una disminución del 4,1 % en las hospitalizaciones por consumo de alcohol, aunque este dato no fue estadísticamente significativo. Del mismo modo, la implementación del precio fijo se asoció con una reducción del 11,7 % en las muertes por enfermedad hepática alcohólica y una reducción del 23 % en las muertes por síndrome de dependencia del alcohol.
Los autores reconocen algunas limitaciones del estudio, incluido que hubo un impacto en la capacidad y la asistencia del hospital durante la pandemia de covid-19.