
Heidi Gardner, asesora y facilitadora de negocios, y antigua profesora en la Escuela de Negocios de Harvard, asegura que durante su década de enseñanza e investigación en dicha universidad encontró algo que muchos pasan por alto. Se trata de una habilidad que otorga una gran ventaja competitiva a quienes la poseen sobre aquellos que no.
Y es que a la gente más joven que le pide consejos laborales, Gardner siempre les comenta: "No solo os centréis en vuestros propios logros. Tenéis que ser colaboradores". Añade además que quienes saben colaborar con inteligencia llaman mucho la atención en los procesos de selección de personal. Debido a la utilidad de esta habilidad, suelen obtener mejores resultados y sus clientes están más satisfechos, lo que hace que sean más tenidos en cuenta y, finalmente, que obtengan ascensos antes que los demás.
Pero la experta laboral asegura que las habilidades colaborativas son en realidad poco comunes, especialmente en los trabajadores varones, algo que comenta que le ha sorprendido. Un estudio realizado en 2021, por la consultora estratégica global McKinsey & Company, indicaba que las mujeres que lideran un equipo son casi el doble de propensas que sus contrapartes masculinas a dedicar tiempo y esfuerzos colaborativos que no se corresponden con sus labores profesionales.
Cómo ser un gran colaborador
Lo primero, Gardner comenta que convertirse en una persona colaborativa no es algo sencillo, aunque la primera meta a conseguir sea tan simple como juntar a personas para resolver una tarea, y aprender algo nuevo en el proceso.
Estos son los 5 pasos a seguir, según ella, para adquirir dicha cualidad:
1. Mantener un liderazgo inclusivo
Para empezar, y se sea o no el líder de un proyecto en equipo, Gardner pide asegurarse de que se junta a personas distintas para trabajar. Ella dice que su actitud siempre es la siguiente: "Esa persona piensa de forma distinta a mi, y sabe algo que yo desconozco, por lo que puedo aprender mucho de ella".
Pero añade que las personas que se quieran incluir no solo deben dominar otras ramas de conocimiento, sino que deben provenir también de contextos profesionales, de experiencias vitales y de edades diferentes.
2. Mostrar aprecio y reconocimiento
Además, una investigación llevada a cabo por el profesor de la Escuela de Negocios de Harvard, Boris Groysberg, descubrió que muchos trabajadores (especialmente masculinos) suelen dar por sentadas sus redes de contactos profesionales.
El mismo trabajo muestra que muchos empleados varones, durante entrevistas de trabajo y al no ser capaces de apreciar cuánto apoyo han recibido de sus compañeros, tienden a creer que son más independientes y transferibles de lo que realmente son. Y es que Gardner avisa de que esa mentalidad del "yo primero" suele ser motivo de descarte por los empleadores.
3. Pedir ayuda
Por ejemplo, si uno está a cargo de presentar un informe de ventas cada semana, y lo hace únicamente por sí mismo, entonces eso puede indicar que la persona en cuestión considera que su opinión es más valiosa que las de los demás.
Si se contacta con expertos de otros departamentos de la compañía, entonces Gardner afirma que probablemente la información recopilada en el informe será más convincente. Así, la misma no quiere obviar el hecho de que se incluyan los nombres y las contribuciones de aquellos que han ayudado a realizarlo, pues esto dará más credibilidad al trabajo.
4. Hacer una convocatoria abierta
Gardner también dice que es importante permitir que la gente aprenda sin que para ello tenga que formar parte de un equipo. Añade que, de acuerdo con sus investigaciones en Harvard, el deseo de aprendizaje suele conducir a la gente a ofrecerse para cumplir un compromiso.
Con respecto a la colaboración a través de internet, la misma explica que existen programas de mensajería (como Slack) que estimulan a los internautas a colaborar en una plétora de proyectos, pero también a compartir conocimientos.
5. Compartir flujos de datos
Aquí la experta habla de tarjetas de resultados y los dashboards, como herramientas muy eficaces, debido a:
-Permiten medir el progreso con respecto a las metas establecidas.
-Al compartirse crean sensación de presión grupal, ya que permiten comparar los resultados de distintos jefes con los de sus compañeros o trabajadores.
-Vuelven accesible la información fundamental, y convierten por tanto el proceso en uno más transparente.
Finalmente, Gardner avisa de que nunca se deben ocultar datos, sino que en la medida de lo posible estos deben ser útiles y accesibles para audiencias concretas. "Es mejor que erres tirando a compartir demasiada información", especifica la misma.