La llegada de unos ingresos imprevistos siempre es un momento agradable, aunque indudablemente las sensaciones serán distintas según el importe y la situación financiera de la persona. Y si bien algunas veces puede ser algo esperado, como la devolución de un impuesto, otros casos como un premio de lotería pueden tener la capacidad de trastocar por completo el estilo de vida de la persona en cuestión.
Así, quizás la cantidad sea importante y la persona pueda servirse de ella para aliviar una deuda o una necesidad fundamental en su día a día. Pero también puede darse que la persona no tenga ningún problema financiero, y ello podría tentarle a gastar el dinero en caprichos, o al menos de manera poco planificada y quizás irresponsable.
Si bien sobra decir que cada persona puede hacer lo que quiera con su dinero, la periodista económica Kamaron McNair afirma que la mentalidad que se mantenga con respecto a la grata sorpresa puede evitar que se desperdicien las oportunidades que esconde. Así, McNair se apoya en la planificadora financiera Kamila Elliot para ofrecer tres pasos, con los que asegura que se estará preparado ante tal potencial evento.
Situar unas metas financieras
Es importante mantener siempre unas metas financieras en la vida, tanto aquellas a largo plazo (como la jubilación), como otras más efímeras (por ejemplo, deshacerse de una deuda). McNair afirma que apuntarlas ayuda a recordar dichos propósitos, lo que disminuye el riesgo de salirse del camino. "Si consigues un ingreso imprevisto de entre 500 y 5.000 euros, y nunca hiciste planes sobre tus objetivos, entonces es muy fácil usar el dinero para algo muy a corto plazo", explica Kamila Elliot.
Si bien existe la posibilidad de que ese dinero no sea suficiente para alcanzar las mayores metas financieras, la experta pide recordar que toda cantidad, por pequeña que sea, es suficiente para dirigirse hacia el progreso. Suele preguntar a sus clientes: "¿Te ves trabajando duro durante los próximos 20-30 años?" Muchos le responden que: "No, quiero jubilarme pronto", o "Hago esto para ganar dinero, hasta que llegue el momento en el que pueda hacer lo que más me gusta".
Entonces, Elliot trabaja para ayudarles a desarrollar metas que reflejen sus auténticas pasiones, las cuales suelen incluir trabajar menos o arriesgarse y crear un negocio. La planificadora asegura que cada euro bien invertido ayuda a hacer realidad los sueños personales.
Aprovechar y cambiar para mejor
Una vez más, cabe recordar que de escenarios como encontrarse un billete de 50, o tener algo de suerte en un 'rasca y gana', no pueden surgir nuevos hábitos. Pero ello no exime de tener un plan para relocalizar parte del dinero extra obtenido. "Crear riqueza no siempre se trata de sumar dinero. También va de la consistencia en aquellos comportamientos de ahorro", comenta Elliot.
Un ejemplo es un plan para transferir parte o el total de los reembolsos por devoluciones de impuestos a la cuenta. Otro sería separar los billetes de 5 euros, en vez de gastar todo el dinero antes de obtener más, para una época de vacas flacas. Elliot indica que por muy pequeñas que sean las cantidades, si se mantienen en el tiempo crecerán sin parar. "Puede parecer poco ahora, pero si ahorras esa cantidad durante 5, 10 o 20 años, entonces se convertirá en una suma cuantiosa", añade.
Calcular con cuidado también el gasto
A pesar de lo anterior, Elliot dice que está bien utilizar ese ingreso imprevisto para algo placentero como un viaje o comprar un coche. Ahora, asumiendo que la prioridad deben ser los objetivos financieros, ella afirma que siempre aconseja a sus clientes que gasten en aquello que realmente les traiga felicidad.
Y es que a la hora de ahorrar siempre hay que hacer sacrificios. La experta dice que 1.000 euros extra pueden resultar en un increíble viaje, pero también podrían ayudar a estar un paso más cerca de un objetivo, como comprar un coche o jubilarse antes. Plantea entonces la pregunta de si merece la pena irse de viaje, implicando a cambio un mayor tiempo ahorrando para conseguir algo deseado, o incluso más horas de trabajo durante cierto tiempo.
"Cuando lo planteas así la gente piensa '¿Realmente esto me hace feliz o lo estoy haciendo por hacer?' La gente no quiere ahorrar cada euro y sentir que está trabajando mucho, para luego no poder disfrutarlo de ninguna forma", asegura Elliot. Al final todo se reduce a una decisión personal. El dinero, la vida y los valores cambian en cada persona, pero recordar esto puede ayudar a ver las metas vitales más realistas, así como a centrarse para alcanzarlas.