Bruselas
Este jueves se presenta como un día crucial para la ex vicepresidenta del Parlamento Europeo, la griega Eva Kaili, que ha sido imputada por corrupción y tráfico de influencia en la trama de sobornos de Qatar para influir en el proceso de toma de decisiones políticas y económicas de la Eurocámara, el conocido como Qatargate.
Será tras su comparecencia ante la Cámara del Consejo, que se articula como una suerte de tribunal de primera instancia, que el juez deberá decidir si la mantiene a Kaili en prisión preventiva o la libera con condiciones.
La ex eurodiputada, que ha sido cesada de su cargo como una de las 14 vicepresidentas del Parlamento Europeo la pasada semana, ha admitido que sabía de la existencia de la trama de sobornos Qatargate. También reconoció saber que había de bolsas con dinero en su casa y acerca las actividades en las que está implicada su pareja, Francesco Giogi, según ha publicado esta semana el diario belga Le Soir como parte de la confesión de Kaili ante el juez instructor del caso Michel Claise.
Desde su detención el pasado 9 de diciembre Kaili permanece en la prisión de mujeres de Haren. De hecho, una huelga la pasada semana impidió que la ex eurodiputada compareciera ante el juez. Sin embargo, lo que ha trascendido hasta la fecha de la investigación apunta a que Kaili sabía de la existencia de la red de corrupción y tráfico de influencia en favor Qatar y Marruecos. Una trama en la que presuntamente habrían participado su pareja y el ex eurodiputado italiano Pier Antonio Panzeri, y que Kaili admitió conocer.
También ha admitido que pidió a su padre, Alexandros Kaili, que se encargara de esconder el dinero, después de que la policía belga lo encontrara con una maleta repleta en un intento de salir del hotel Sofitel. Por lo que parece, Kaili trató de advertirlo a él y a "otros eurodiputados" según consta en la investigación, así como a Panzeri, responsable de la ONG Fight Impunity.
De hecho, durante su audiencia ante el tribunal de primera instancia la pasada semana, Giogi señaló a Panzeri como el líder de la trama, en cuya casa encontraron 600.000 euros en efectivo. Además admitió que su rol fue el de gestionar el dinero de una organización en la que podría haber hasta 60 personas implicadas, según recogieron los diarios La Repubblica y La Stampa.
La pareja de Kaili señaló la implicación directa del eurodiputado belga Marc Tarabella. También la de su actual jefe en la Eurocámara, el italiano Andrea Cozzolino, que preside la delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con los países del Magreb, entre ellas las que se encuentran UE-Marruecos, UE-Argelia y UE-Túnez.
Más allá de la Eurocámara
La sombra de este escándalo de corrupción cae sobre Bruselas y sobre las instituciones europeas. Por lo pronto, ha salpicado a la Comisión Europea tras salir a la luz que el excomisario de Migraciones e Interior entre 2014 y 2019, Dimitris Avramopoulos, formó parte del consejo honorífico de la ONG Fight Impunity, liderada por Antonio Panzeri y que habría recibido 60.000 euros de la organización entre febrero de 2021 y el mismo mes de 2022.
De momento, todo apunta a que Qatar no es el único país implicado en el escándalo. Marruecos ha sido otro de los países que han emergido de la investigación efectuada por la policía belga, que aparece mencionado en el expediente de arresto de Panzeri. Además, la eurooden para efectuar la detención de su mujer y la hija señala también a Marruecos.
No es casual pues son muchos los intereses de Rabat que se juegan en Bruselas. Más allá de los ciudadanos marroquíes que viven en territorio comunitario están los acuerdos pesqueros de la UE, hasta los problemas migratorios, las tensiones por el Sáhara o la colaboración en materia de seguridad y antiterrorismo.
Hasta la fecha, el Parlamento Europeo ha destituido a Kaili de su cargo por su presunta implicación en la trama. Pero no sólo eso, ha devuelto los expedientes relacionados con Qatar, incluido el acuerdo de aviación con Qatar Airways y la liberalización de visados y ha optado por cerrar sus puertas a lobistas del país del Golfo Pérsico.
Las autoridades de Qatar han negado hasta la fecha su vínculo como parte de la supuesta trama de sobornos al Parlamento Europeo. No obstante, el pasado domingo condenó la investigación llevada a cabo por Bélgica y dejó caer la sombra de una amenaza al decir que afecta de forma "negativa" a los lazos para el suministro de gas natural. La declaración que procede de un diplomático qatarí critica a las autoridades belgas, además, por utilizar información imprecisa.