
Luchar contra la violencia de género es una carrera de fondo. Una prueba que, siguiendo con el símil deportivo, no solo requiere de la especialización en una disciplina, sino que abarca a tantos ámbitos distintos, que debemos combatirla con una mirada global que abarque no solo aspectos como el abuso sexual, quizá el más llamativo en las noticias, sino los micromachismos, el machismo estructural y problemáticas como las desigualdades en el ámbito laboral.
Algunos de estos ámbitos son especialmente problemáticos porque están tan establecidos en la sociedad, que parece que los hayamos normalizado cuando, en realidad, suponen un enorme perjuicio para las mujeres. Conceptos como la brecha salarial son solo la punta de un iceberg tan profundo que incluso provoca, según la Encuesta de Violencia Machista de la Generalitat de Catalunya, que el 4% de las mujeres de entre 18 y 70 años residentes en la región han tenido o se han visto obligadas a dejar su puesto de trabajo remunerado para evitar una situación de acoso. Porcentaje al que hay que sumar otro 5,2% de dimisiones por motivos sexistas, como puede ser, por ejemplo, el embarazo.
Por si esos datos no fueran suficiente, cabe destacar que, según la Encuesta de Violencias Sexuales en Catalunya de 2019, el 14% de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia machista o abuso en su lugar de trabajo. Según la Fundación Sorli, que trabaja por la igualdad de género en el ámbito laboral, un 66,8% declara haberlo sufrido de un superior, un 33,5% de un compañero de trabajo y un 8,4% de un cliente. Según la primera encuesta, recogida por el sindicato CCOO, un 9% de las mujeres han tenido que dejar un trabajo por presiones de su pareja o por las dificultades para conciliar la vida familiar y la laboral.
"Para avanzar en la erradicación del modelo machista hace falta que toda la sociedad se implique", dice CCOO
Datos que no acostumbran a salir a la luz que ejemplifican que el mercado laboral no solo está dominado por hombres, sino que las mujeres deben recorrer un camino mucho más largo y complicado para llegar a cargos directivos o superiores, a veces teniendo que aguantar presiones que tienen que ver con el género. Desde CCOO consideran que "para avanzar en la erradicación" de este modelo machista "hace falta que toda la sociedad se implique".
"Se debe plantear una transformación radical de todos sus sistemas, desde educar de otra forma y generar un verdadero cambio de mentalidades y valores, hasta impulsar, desde los poderes públicos, verdaderas políticas orientadas firmemente a conseguir una sociedad donde el principio de igualdad sea una realidad y la violencia machista no disfrute de impunidad". CCOO lamenta que la situación de las mujeres en Catalunya "es un escenario cada vez más alejado del objetivo de igualdad y con un gran impacto para ellas". "La ocupación es escasa, más precaria y más inestable", acaban.
Los datos de brecha salarial
El principal indicador que demuestra la desigualdad de género en el trabajo es la brecha salarial, que provoca que los hombres cobren más que las mujeres en exactamente el mismo cargo por la única razón de ser hombres.
Según la Encuesta de Violencia Machista de la Generalitat, el 14,7% de las mujeres que trabajan por cuenta ajena se consideran discriminadas en el trabajo por razones de sexo, el 10% de las cuales por considerar que cobraban menos que hombres en el mismo cargo y el 8% por considerar que no disponen de las mismas oportunidades de promoción laboral. Según la última Encuesta de la Estructura Salarial, la brecha salarial en España es del 21,9%. La Fundación Sorli añade datos de interés a este retrato laboral: siete de cada 10 contratos temporales están firmados por mujeres y solo tres de cada 10 cargos ejecutivos en las empresas del Ibex 35 están ocupados por mujeres.