
La inflación sigue causando estragos en la sociedad estadounidense. Tanto que cada vez son más familias las que están convencidas de mandar a sus hijos a estudiar en Europa ante los altos precios de las matrículas y tarifas universitarias.
Vivir en el extranjero conlleva sus propios gastos e incomodidades, pero aún así los padres tienen suficientes motivos como para hacerlo. Algunos destacan un proceso de selección menos estresante, un acceso a diferentes culturas y la posibilidad de viajar. Pero, en realidad, el dinero es quizás el factor más importante.
Uno de los países que mayor número de estudiantes universitarios estadounidenses ha acogido es Francia, con un aumento del 50% en el año escolar 2021-22 en comparación con el mismo periodo del curso anterior. Otros lugares destacados son Reino Unido y Países Bajos, con una subida del 28% y 16%, respectivamente.
En cuanto al coste, el promedio de la matrícula para estudiantes estadounidenses llega a los 35.400 euros al año, una cifra que se ha duplicado en las dos últimas décadas. Nada que ver con los precios en Europa. Por ejemplo, en Alemania es gratis en la mayoría de sus universidades; en Francia cuesta 2.770 euros al año; y en los Países Bajos hasta 15.000 euros.
Por su parte, en Reino Unido, un estudiante universitario pagará alrededor de 40.516 euros al año para estudiar inglés en Oxford, mientras que en la Universidad de St Andrews se paga más de 30.000 euros, según datos de Bloomberg. Es cierto que los estudios en territorio británico son costosos, pero pese a ello las familias de EEUU ahorran porque los estudiantes en Europa suelen obtener sus títulos en tres años, no en cuatro.
Un 'win-win'
"La gente comenzó a mirar esto durante la pandemia y las consultas han aumentado mucho desde entonces", aseguró Kristin Hamaker, directora de gestión de crecimiento de la consultora de universidades extranjeras Beyond the States, quien ha visto un aumento del 25% en clientes este año. "Cada vez suena menos descabellado. Los padres dicen: 'Queremos más por nuestro dinero, más por nuestros hijos'".
Una de las conclusiones a la que llegan numerosas familias es que esta experiencia de estudiar en el extranjero es un éxito para todas las partes. Todos ganan. "Es más económico enviarla y además le da una gran experiencia internacional. Me alegro de que haya funcionado de esta manera", asegura una madre de una estudiante que cursa sus estudios en Reino Unido.