
Las monedas antiguas españolas se están convirtiendo en un recurso económico para muchos ciudadanos. Y no es para menos, ya que en nuestro país existen varias de ellas que han aumentado su valor de manera considerable.
Las 3 claves para que una moneda multiplique su valor en una fortuna
Una de ellas podría ser el centén segoviano del año 1609, que habría sido emitido bajo el reinado de Felipe III pocos años antes de que el monarca falleciera. Esta moneda pesa entre 330 y 350 gramos y mide unos 7 centímetros.
El centén segoviano de 1609 se convirtió en 2009 en la moneda mejor pagada de la historia, al sobrepasar los 800.000 euros en una subasta. El comprador fue un suizo, que se terminó dejando 944.000 euros al sumar los gastos y las comisiones.
Curiosamente, trece años después, los expertos en numismática aseguran que su valor podría aumentar casi 200.000 euros, colocando su precio en una cantidad cercana al millón de euros. Y no es el único centén segoviano existente, ya que se conocen otras dos monedas. Una de ellas pertenece al Museo Arqueológico Nacional de España en Madrid y, como es lógico, no se encuentra en circulación.
Diversas investigaciones históricas apuntan que esta moneda, como otras de este tipo, solían utilizarse para dar reconocimiento a personajes de la nobleza de aquella época.
Los centenes segovianos fueron una serie de monedas de oro españolas que equivalían a cien escudos, acuñadas en los talleres del Real Ingenio de Segovia, edificio construido sobre un antiguo molino situado sobre el río Eresma, que en 1586 comenzó la acuñación de moneda. Se hicieron dos series, una en 1609 y otra en 1633, ambas con solo siete piezas cada una.