
Casi seis meses han pasado desde que Vladimir Putin decidiera invadir Ucrania. En todo este tiempo muy pocos se han atrevido a criticar al presidente ruso, y según palabras del empresario multimillonario Boris Mints, "todos tienen miedo".
El primero, o uno de los primeros, en criticar públicamente a Vladimir Putin fue Alex Konanykhin, un empresario ruso, exbanquero y antiguo miembro del círculo político del expresidente Yeltsin, que llegó a ofrecer un millón de euros por capturar a Putin "vivo o muerto".
Curiosamente, la mayoría de las personas de alto perfil en el país ruso se han mantenido en silencio sobre la guerra, evitando cualquier tipo de palabra hacia el Kremlin, con el objetivo de evitar represalias de cualquier tipo.
"Cualquier líder empresarial independiente (a favor de Putin) es visto como una amenaza porque podría financiar la oposición o avivar las protestas. Por eso, son vistos como enemigos de Putin y, por lo tanto, como enemigos del estado", declaró Mints durante una entrevista con la BBC.
Sin embargo, el último en salir a la palestra ha sido Boris Mints, un multimillonario que en 2017 llegó a acumular 1.300 millones de dólares, según la revista Forbes. Este empresario sigue siendo, en la actualidad, objeto de acciones legales por parte del Kremlin.
"Cuando empiezan a pasar cosas como esta es una señal clara de que uno debe salir del país de inmediato", señaló Mints. Debido a eso, sugiere que el "paso más valiente disponible" para los rusos ricos a los que no les gusta Putin es "irse al exilio en silencio".
Mints quiso aclarar que "no todos los empresarios rusos son pro-Putin, y tampoco todos los rusos ricos son oligarcas", dijo. En este sentido, indicó que "en Rusia, el término significa un líder empresarial que está muy conectado con Putin y la mayor parte de su riqueza, o las ganancias de sus negocios, dependen de la cooperación con el estado ruso".
¿Quién es Boris Mints?
Empresario de 64 años que se dio a conocer en el mundo empresarial gracias a O1 Group, un holding de inversiones con sede en Chipre que posee fondos de pensiones y activos inmobiliarios en Rusia.
En 2014 vendió una participación del 12% en la subsidiaria del Grupo O1, O1 Properties, a Goldman Sachs. Mints usó las ganancias para comprar varios fondos de pensiones rusos y una participación en la austriaca CA Immobilien Anlagen, que invierte en inmuebles.
Ese mismo año, Mints se pronunció públicamente por primera vez en contra de las políticas de Vladimir Putin después de que Crimea fuera anexada a Rusia y arrebatada a Ucrania. Un año después, empezó a sentir que debía abandonar Rusia "en el contexto de una creciente represión contra la oposición política".
Dos años más tarde, la antigua empresa de inversión de Mints, O1 Group, "se encontró en un conflicto abierto contra el Banco Central de Rusia", dijo, y se iniciaron procedimientos legales en varias jurisdicciones diferentes.
Boris Mints vive ahora en el Reino Unido y no tiene intención de regresar a Rusia.