
El séptimo paquete de sanciones europeas contra Rusia ya está sobre la mesa. En realidad, se considera un paquete de "refuerzo" de todas las medidas anteriormente implementadas pero también incluye la prohibición a la importación del oro ruso a la Unión Europea, en línea con lo pactado en el G7. "Moscú debe continuar pagando un alto precio por su agresión", dice la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen en un comunicado.
El objetivo de la Unión Europea y de todo el bloque occidental es ahogar al máximo la economía rusa y disminuir así al máximo su capacidad de continuar con la guerra. Rusia es el segundo país del mundo que más oro extrae, exportó este metal precioso por valor de 14.600 millones de euros en 2021. Por eso, cuando Reino Unido, Estados Unidos, Japón y Canadá revelaron sus planes de atacar a este sector, Londres aseguró que la medida tendría "un gran impacto" en la capacidad de Putin de seguir financiando su ejército.
Sin embargo, los expertos de la industria lo consideran más bien una medida "simbólica", pues la realidad es que son las exportaciones energéticas las que alimentan la maquinaria rusa y en este frente Europa se enfrenta a serios problemas. La aprobación del sexto paquete de sanciones que incluía el veto al petróleo ruso encontró muchas dificultades para salir adelante y, de hecho, acabó con la unanimidad europea, por qué implicó una excepción para Hungría, la República Checa y Eslovaquia.
Todavía son más importantes las compras europeas de gas ruso, algunos países y voces de Bruselas presionaron en su momento para intentar cortar en seco estas compras pero la elevada dependencia de varios países del Este pero también de Alemania e Italia lo hacen prácticamente imposible. En realidad es Putin quien está jugando con esta dependencia cortando el suministro de gas y obligando a Europa a prepararse para un racionamiento en invierno.
Por eso esta séptima ronda de sanciones se centra más bien en tapar los agujeros detectados en las seis anteriores y se ha bautizado como un paquete de "mantenimiento y adaptación" . Se busca cerrar las vías de escape a las sanciones de empresas y particulares de la misma manera que se extienden hasta enero de 2023 todas las sanciones en vigor. Se endurecen, por otro lado, las limitaciones a las importaciones de bienes que puedan utilizarse con fines militares como químicos, por ejemplo.
Uno de los objetivos de este "refuerzo" es garantizar también que las sanciones actuales no afectan las importaciones de cereales y alimentos de Rusia, pues los países africanos ya han dicho en varias ocasiones que las sanciones de la UE están agravando la crisis alimentaria por el bloqueo ruso de los puertos ucranianos.