
El Jumbo Kingdom ha estado amarrado durante 46 años en el epicentro del puerto de Hong Kong y por sus excéntricos y lujosos salones han pasado desde la reina Elisabeth II a estrellas de Hollywood como Tom Cruise. Pero la semana pasada, este inmenso restaurante flotante levantó el ancla rumbo a un destino desconocido, y pocos días después se hundía en mitad del mar del Sur de China.
La catástrofe ha copado los titulares de la prensa regional no solo por tratarse de una joya del patrimonio de la ciudad, sino por el misterio que rodea al naufragio. La empresa propietaria del navío, Aberdeen Restaurant Enterprises, no ha dicho a dónde se dirigía la embarcación y se ha limitado a decir que nadie ha resultado herido y que la embarcación se ha hundido a una profundidad de 1.000 metros, por lo que es "extremadamente difícil" recuperarlo.
La guardia costera de la ciudad ha revelado que el restaurante estaba siendo remolcado en dirección a Camboya, y que naufragó cerca de las Islas Parcelso, un archipiélago a 700 kilómetros al sur de Hong Kong, un largo recorrido para un barco que fue originalmente construido a mano, aunque ha sido renovado en varias ocasiones desde que fue inaugurado en 1976.
La segunda incógnita es qué llevó a sus dueños a emprender ese viaje. La empresa llevaba años afrontando grandes problemas económicos para mantener en buen estado el Jumbo Kingdom, especialmente tras el cierre de 2020 por la pandemia, y según su versión estaban moviendo el restaurante fuera de Hong Kong para someterlo a reparaciones.
El propietario del barco reconoció el mes pasado que el negocio acumulaba unas pérdidas en la última década de 12,7 millones de dólares, según Bloomberg, y la desesperación era tal que habían intentado donarlo para hacer montar en él un parque temático. La fallida negociación para su traspaso ha avivado las sospechas de que el hundimiento podría haber sido intencionado para deshacerse de ese lastre económico.
Una historia de auge y caída
Con 76 metros de largo y capacidad para 2.300 comensales, era considerado el restaurante flotante más largo del mundo, y en él se han rodado películas como El hombre de la pistola de oro, una de las películas de la saga 007, El Protector (1985) o Contagio (2011). Pero en los últimos años el Jumbo Kingdom ha venido a menos.
La historia de este restaurante comienza en los años 50, cuando los pescadores de la zona de Aberdeen, en el sur de la ciudad, montaron pequeños restaurantes en sus barcas. A medida que fueron creciendo, algunas empresas apostaron por construir grandes masas flotantes para acoger a cientos de comensales, como explica Sin Pui-on en el diario South China Morning Post. "Los restaurantes fueron creciendo hasta convertirse en restaurantes flotantes de mayor envergadura, que empezaron a atraer a muchos turistas", cuenta este vecino de la zona que se especializó en la historia de los restaurantes flotantes.
El Jumbo Floating Restaurant, el hermano pequeño del barco hundido el pasado fin de semana, fue la gran apuesta de la ciudad y comenzó a construirse en 1970, pero un incendio previo a la inauguración mató a 34 personas y frustró el proyecto.
Los dueños de la embarcación decidieron construir sobre la estructura que resistió a las llamas y en 1976 se inauguró el Jumbo Kingdom, decorado como un palacio de la dinastía Ming, con cuadros y figuras hechas a mano. Su restaurante se ha especializado desde entonces en marisco y comida cantonesa, y sus lujosos salones han acogido a más de 30 millones de personas.
En 2003 el barco fue ampliado y reformado para convertirlo en un complejo con tiendas, bares y hasta un museo sobre la pesca local. Pero con la llegada de la pandemia, el barco fue cerrado durante dos años mientras mantenía unos grandes costes de mantenimiento, convirtiéndolo en un lastre para sus dueños.