
Nueve días después de la masacre en un colegio de Uvalde (Texas), donde murieron 19 niños y dos profesores, una de las principales empresas de defensa personal en Estados unidos propuso una solución a esta lacra: mantener la venta de armas en el país, pero instalar en espacios públicos -como institutos- un dron taser capaz de abatir a una persona armada, sin llegar a matarla.
"Estoy cansado de esperar a que otros resuelvan el problema... ¡Así que lo vamos a resolver nosotros!", escribió en Twitter el CEO de Axon, Rick Smith, junto a la presentación del prototipo.
Según explicó la empresa, se trata de un dron dirigido por un humano a través de unas gafas de realidad virtual que dispararía un pequeño dardo taser -con una carga eléctrica- con capacidad para dejar inmovilizado a su objetivo. Además, el dispositivo necesita que la zona esté rodeada de cámaras de seguridad que, mediante inteligencia artificial, vigilan de manera constante el escenario en busca de atacantes.
"Hoy en día, la única respuesta viable a un tirador es otra persona con un arma", explicó Smith en la nota a sus inversores. "Tras estos sucesos, nos quedamos atascados en debates infructuosos. Necesitamos soluciones nuevas y mejores". El directivo recordó que esta idea del dron ya la había desarrollado él en un cómic que publicó en 2019, llamado El fin de los asesinatos, y que, dados los últimos acontecimientos, como el tiroteo de Uvalde, era hora de llevarlo a la realidad.
Sin embargo, el recorrido del dron taser ha sido escueto. La empresa anunció el domingo que paralizaba el proyecto, al menos de manera temporal, después de que la mayoría del Comité de Ética de Axon anunciase su dimisión en una carta.
En ella, 9 de los 12 miembros expresan su enfado por la compañía por presentar este modelo sin avisar previamente al comité. Además, consideran que "no tiene ninguna posibilidad realista de resolver el problema de los tiroteos masivos, solo distrae a la sociedad de las soluciones reales a un problema trágico".
El grupo de expertos fue fundado en 2018 para dar asesoramiento sobre un equipamiento con unas fronteras éticas difusas, ya que fabrican armas de defensa personal (pistolas taser no letales) y cámaras de seguridad corporales que graban de manera constante desde los uniformes policiales. Año a año, la inteligencia artificial (IA) está más presente en estos productos, y el Comité ha centrado sus esfuerzos en que esta tecnología no de pie a un abuso de la población afroamericana.
"La vigilancia permanente perjudicará, sin duda, a las comunidades de color y a otras que están sobre vigiladas por la policía", apuntaron los 9 miembros del Comité en su carta de renuncia.
Tras el comunicado del equipo de Ética, Axon anunció la paralización del proyecto del dron taser y el propio CEO de la compañía reconoció que se habían precipitado en su anuncio. Rick Smith explicó este domingo que se trataba de "una idea, no un producto", y que su objetivo era fomentar el debate público sobre soluciones alternativas para frenar los asesinatos.
"Tenemos que trabajar y explorar mucho para ver si esta tecnología es viable y para entender si las preocupaciones del público pueden ser abordadas adecuadamente antes de seguir adelante", escribió el directivo en una carta a sus accionistas.