
La pandemia provocada por el coronavirus dejó al colectivo de autónomos en una situación difícil. No obstante, cuando parecía que estos profesionales levantaban el vuelo, la guerra en Ucrania volvió a someterles. Esto, sumado a otra serie de aspectos, ha provocado que los trabajadores por cuenta propia se enfrenten a grandes problemas en 2022, a saber.
El barómetro que ha publicado recientemente el Consejo General de los Colegios de Gestores Administrativos de España revela una serie de cuestiones que tendrán que resolver los autónomos durante este 2022. De hecho, según la institución, estos problemas no podrán hacerse frente con tan solo el esfuerzo de los trabajadores, el Gobierno tendrá que tomar cartas en el asunto.
Los tres problemas a los que tendrán que hacer frente los autónomos
Poniendo sobre la mesa los datos que ha revelado el informe, los autónomos tendrán que solventar durante este año los problemas derivados de los siguientes aspectos:
Caída de las ventas
Tan solo dos de cada diez autónomos aseguran vender más durante este año que en 2021, mientras que más del 40% ha registrado una caída notable en las ventas y más de un 30% no ha mejorado su situación.
Esta realidad pone a los autónomos frente a su principal objetivo, obtener clientes. Sin embargo, los cambios en los hábitos de consumo de la sociedad han variado drásticamente con los confinamientos y restricciones derivados de la pandemia, lo que obliga a los negocios a realizar un proceso de adaptación a estas nuevas necesidades.
Parte fundamental de este proceso es la digitalización, motivo por el que el Gobierno ha lanzado el programa Kit Digital. No obstante, la gran mayoría de autónomos han quedado fuera de las primeras convocatorias, por lo que el problema persiste.
Los autónomos deberían poner el foco en las estrategias de venta omnicanal, combinado la tienda física y la virtual; acelerar sus procesos de pago en tienda, ya que las largas colas de espera suponen un punto de desencuentro con los clientes, recurrir a la facturación y los pagos electrónicos, incluso automáticos; y mejorar la experiencia de compra, convirtiendo el consumo en un acto ocioso.
Aumento de los costes
Tal y como demuestra el barómetro del consejo, ocho de cada diez autónomos han registrado un aumento en sus costes de actividad.
Como punto de partida, el incremento de los costes energéticos redunda directamente en el balance de cuentas del autónomo, que tiene que aumentar sus gastos fijos del negocio. No obstante, esto es un cambio transitorio y circunstancial que puede llegar a solventarse, por lo que el profesional debería poner el foco en otro aspecto.
Gran parte de los autónomos está intentando abordar este proceso de adaptación a las nuevas necesidades de los clientes, lo que conlleva una inversión y, por ende, un aumento de los gastos, por lo que todo autónomo tendrá que enfrentarse a este incremento de los costes en algún momento.
Descenso de la rentabilidad
Atendiendo a que el 76% de los autónomos y las pymes obtiene una menor rentabilidad de su actividad, se observa que el tejido empresarial español se enfrenta a un gran problema.
En primer lugar, el fin de un gran número de ayudas y beneficios fiscales que los autónomos recibían durante la pandemia supone un aumento del gasto en comparación con el año pasado, por lo que, en muchos casos, las cifras de costes actuales, serán un indicativo de la situación real del negocio, ajeno a prestaciones de las administraciones. Esta realidad no deja de suponer una caída de la rentabilidad de la actividad.
El aumento de costes también supone un descenso de la rentabilidad si no se adecúa el precio. No obstante, los autónomos y los pequeños negocios no tienen la capacidad de acción tan grande que puede tener una gran empresa, por lo que un aumento de los precios de venta podría suponen la pérdida de una gran parte de la cartera de clientes.