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Estos son los autónomos vigilados por la Agencia Tributaria por usar mucho efectivo

Foto: Dreamstime

Este Gobierno ha tomado la lucha contra el fraude como uno de sus caballos de batalla, lo que ha puesto en el foco de la Inspección al colectivo de autónomos. Esta parte del tejido empresarial es un ecosistema perfecto para que proliferen los casos de economía sumergida. Por este motivo, la Agencia Tributaria está vigilando de cerca a aquellos que utilizan demasiado efectivo.

El dinero en efectivo es el arma que utilizan algunos trabajadores por cuenta propia para ocultar sus operaciones al fisco. Estos autónomos se sirven de esta liquidez para realizar transacciones sin que se genere una huella digital, lo que complica la detección de fraudes.

Sin embargo, esto no quiere decir, ni mucho menos, que todo el colectivo cometa este tipo de infracciones y, tampoco, que el foco de Hacienda esté puesto en todo el conjunto de los autónomos.

De hecho, la Agencia Tributaria vigila con especial relevancia una parte muy concreta del colectivo por su uso excesivo de efectivo, lo que no quita que cualquier trabajador por cuenta propia pueda ser sancionado por cometer infracciones similares.

¿Qué autónomos están vigilados por la Inspección por usar demasiado efectivo?

Como punto de partida, para entender la motivación de la Inspección, hay que atender a un segmento del conjunto de los autónomos que declara sus ingresos de una manera diferente: los profesionales que tributan en el régimen de estimación objetiva.

Estos autónomos no realizan una contabilidad formal de su negocio, sino que declaran en base a unos módulos establecidos por la Administración, de ahí que estos profesionales sean conocidos como 'moduleros'.

Pero, ¿qué supone esto para la Inspección? Estos trabajadores no tributan sus ingresos del mismo modo que el resto de autónomos por cualquier motivo, existe una razón concreta. Este tipo de negocios se basan en la recepción de multitud de pagos diarios de ínfimas cantidades.

Ejemplo de ello serían las carnicerías, las pescaderías, las fruterías, las pequeñas tiendas y cualquier otro negocio del estilo cuyas operaciones no supongan el pago de grandes cantidades y, además, se realicen con gran asiduidad en efectivo.

De tener que declarar todas sus operaciones, sería realmente sencillo ocultar más de una y, por ende, la Inspección tendría grandes complicaciones para identificar fraudes, por lo que se basan en un sistema de módulos que permita declarar los ingresos en base a cantidades cercanas.

De esta manera, las autoridades tan solo tienen que fijarse en la facturación media de los negocios similares de la misma zona para hacer un cálculo aproximado de cuanto tendría que ingresar un autónomo.

Así, a modo de ejemplo, si las fruterías del barrio de Carabanchel, en Madrid, facturasen una media de 300 euros diarios, sería particularmente raro que una de ellas tan solo contabilizase 100 euros al día, por lo que la Inspección se acercaría al establecimiento para cerciorarse de que los motivos por los que la facturación es tan baja son legítimos.

Entendiendo todo esto, la Agencia Tributaria ha puesto el foco en estos autónomos por su excesivo uso de efectivo. Esta vigilancia no implica que el profesional tenga que dejar de utilizar este método de pago, ni reducir su uso, pero debe poder demostrar que todas las operaciones son legítimas y acordes a la ley vigente.

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