Este Gobierno ha tomado la lucha contra el fraude como uno de sus caballos de batalla y, precisamente, el colectivo de autónomos es una de las partes del tejido empresarial donde se genera un ecosistema perfecto para que proliferen los casos de economía sumergida. Por este motivo, el Ejecutivo ha puesto en marcha una serie de medidas contra la morosidad que los trabajadores por cuenta propia deben empezar a cumplir.
En concreto, las normas que deben empezar a cumplir los autónomos giran en torno a sus cobros y pagos. Unas medidas que están incluidas dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Todas las operaciones deben incluir una factura electrónica
Gran parte del colectivo de autónomos posee negocios de tan pequeño tamaño que sus operaciones pueden pasar desapercibidas. Por este motivo, en esta parte del tejido empresarial, se recurre en más de una ocasión a las operaciones no declaradas.
Operaciones en las que no se emite una factura y, por ende, no quedan reflejadas. El Gobierno ha tomado la decisión de obligar a los autónomos a expedir una factura electrónica en cualquier transacción económica.
De esta manera, la operación siempre quedará reflejada y, ni siquiera, habrá posibilidad de que se traspapele en los casos en los que si se emitió una factura. Esto permitirá una mayor trazabilidad y control de los pagos.
Esta medida puede parecer perjudicial para los autónomos. Sin embargo, puede ayudar a limitar el poder que tienen las grandes empresas sobre ellos. Hay que recordar que, en muchos casos, los autónomos son proveedores de otras compañías más grandes y estas se aprovechan de las necesidades financieras de los trabajadores por cuenta propia para ejercer su dominio.
Tendrán que cumplir con los plazos de pago para acceder a subvenciones
El plazo de pago entre empresas está limitado a los 60 días naturales, cualquier operación que no se resuelva dentro de este periodo impedirá que el autónomo acceda a subvenciones.
De nuevo, a pesar de que algunos autónomos también se verán afectados por esta medida, hay que recordar que muchas grandes empresas se financian a través del colectivo de trabajadores por cuenta propia. ¿Qué quiere decir esto?
Algunas empresas que se aprovisionan a través de autónomos incumplen premeditadamente el plazo de pago. De esta manera, durante un periodo de tiempo concreto, estas compañías obtienen sus provisiones y, además, mantienen el efectivo.
Cabe destacar que las medianas y grandes empresas pueden permitirse el lujo de no cobrar un servicio durante 60 días. Sin embargo, un pequeño negocio regido por un autónomo puede llegar a quebrar de no recibir el pago de sus servicios, ya que habrá tenido que hacer frente a una inversión enorme para satisfacer la demanda de la gran empresa.