
El regreso (cruzando los dedos) a cierta normalidad en lo que corresponde a la pandemia puede hacer que el de 2022 sea el verano más parecido a los que había antes de que la COVID-19 cambiara el mundo. Y eso también afecta a las posibilidades de viajar y comprar vuelos.
Durante años, desde que existen numerosos comparadores de vuelos y las compañías low-cost, se ha hablado de multitud de consejos que supuestamente ayudan a conseguir mejores precios. Por desgracia, la mayoría nunca funcionaron o no funcionan ahora.
La flexibilidad a la hora de elegir fechas, prescindir de vuelos directos por otros de escalas y huir de la época alta del año son los únicos consejos universales para conseguir vuelos a buen precio la mayoría de ocasiones. No es una buena noticia, pero quizá nos ahorren pasar muchas horas frente al ordenador haciendo cosas raras para intentar ver si podemos evitarnos unos euros. Porque lo que está claro es que los siguientes mitos no funcionan:
Buscar de incógnito y borrando las cookies
Este es el peor mito de todos. Aunque parece tener sentido. Es conocido que todas las empresas online del mundo utilizan cookies para rastrear nuestros hábitos en internet. Así que, ¿por qué no iban a rastrearnos las aerolíneas? Existe la creencia de que las compañías aéreas observan nuestros hábitos de navegación y suben los precios de los billetes cuando ven que miramos una y otra vez las mismas rutas.
Sin embargo, no hay pruebas de que las aerolíneas se comporten de ese modo y numerosos estudios de empresas de reservas han demostrado que no hay variación en los precios cuando se utiliza el modo de incógnito.
Estamos confundiendo la volatilidad de las tarifas aéreas con una interpretación de que las aerolíneas quieren subirnos los precios. Las tarifas aéreas cambian constantemente, a menudo por horas o por minutos. Cuando un vuelo que estás mirando sube de precio, existe la tentación de pensar que se debe a las cookies, pero no es así.
La tarifa económica media cambia 61 veces al día. Las aerolíneas utilizan un sofisticado software para cambiar los precios en función de la demanda. Además, colocan su inventario no solo en su propio sitio web, sino también en cientos de sitios web de terceros, de modo que millones de personas buscan los mismos vuelos en cualquier momento. El sistema se actualiza constantemente en función de las ventas de billetes y la demanda.
El mito de los martes como mejor día de la semana
Antiguamente, la mayoría de las compañías aéreas solían dejar de lado las ofertas de vuelos los martes y eso hacía que otras compañías siguieran su ejemplo. De ahí la vieja creencia de reservar los martes.
Pero Hopper, una popular aplicación de vuelos baratos, analizó los datos y descubrió que solo el 1,6% de los vuelos eran más baratos los martes.
Hoy en día, como hemos dicho, las aerolíneas utilizan precios dinámicos e inteligencia artificial para cambiar constantemente sus precios.** Los algoritmos tienen en cuenta una serie de factores: la demanda histórica y actual**, las estaciones, el tiempo, los eventos particulares, etc.
Cuanto antes reserves, mejor: cierto con muchos matices
En realidad, las tarifas aéreas no cambian tan drásticamente y hasta unos 21 días antes de un vuelo, son bastante estables. Es decir, que podemos estar medianamente tranquilos manejando ese espacio de tres semanas.
Eso no significa que no pueda variar más radicalmente, pero las tarifas aéreas tienden a moverse en una horquilla estrecha hasta 21 días antes del vuelo.
Si quieres ir más allá, reserva con dos o tres meses de antelación. La mayoría de las personas reservan unos 2 ó 3 meses antes de su viaje. Si una familia se va de vacaciones, no lo hace por capricho. Se coge tiempo del trabajo y se planifica con meses de antelación. Todo ello hace que suban los precios al disminuir la oferta. En sencillo.
Una ajetreada terminal de aeropuerto llena de bulliciosos viajeros
Hay un único portal que da los mejores precios
¿Por qué los precios varían de un sitio web a otro? Los sitios web de terceros suelen comprar los billetes al por mayor y los precios dependen en gran medida de la clase de reserva que hayan comprado (normalmente compran las tarifas más baratas y más resistentes, por lo que esos vuelos son siempre inalterables). Además, de nuevo, miles de personas pueden estar reservando a la vez y, por tanto, a medida que los asientos más baratos se van, los precios suben.
Por eso, conviene mirar en varias sitios antes de reservar.
En resumen, no hay una fórmula mágica para encontrar billetes de avión baratos. La flexibilidad, apostar con tiempo, buscar vuelos fuera de temporada o destinos menos concurrido y cierta suerte son al final los factores que más pesan para ahorrarnos un dinero en nuestros viajes.