Las mascarillas por la calle o el miedo a bares y restaurantes podrían tener una buena razón para terminarse, según un estudio llevado a cabo en la Universidad de Bristol y publicado la revista MedRxiv. Y es que la investigación señala que tanto entornos abiertos como cerrados no son tan peligrosos de contagio... siempre que virus se mantenga en el aire.
Cuando se cumplen dos años desde que la covid-19 comenzase a ganar terreno desde China, una nueva investigación publicada en los últimos días ha puesto sobre la mesa un importante dato de cara a analizar los vectores de contagio. Pese a que es cierto que el virus se transmite, principalmente por el aire, sus partículas pierden mucha eficacia cuando pasa una serie de tiempo desde que se propulsaron por un agente vivo.
"La gente se ha centrado en los espacios mal ventilados y ha pensado en la transmisión aérea a través del metro o de una habitación. No digo que eso no ocurra, pero el mayor riesgo de exposición se da cuando estás cerca de alguien", ha señalado el autor principal del estudio Jonathan Reid a The Guardian.
Una conclusión a la que se ha llegado tras someter las partículas de covid-19 a diferentes entornos de laboratorios. Eso sí, siendo este estudio antes de la aparición de ómicron, se desconoce si esta variante pierde la misma eficacia según pasan los minutos.
Pasados unos segundos en el aire en un entorno como un bar, el virus pierde gran parte de su eficacia
Y es que, tal y como se muestra en la investigación, el coronavirus pierde rápidamente su eficacia una vez se libera en pequeñas gotas suspendidas en el aire. De esta forma, en un espacio con un 40% de humedad, como puede ser un bar o un restaurante, el virus pierde a los 5 segundos gran parte de su capacidad de contagio sobre humanos.

Una reducción de peligrosidad que es aún mayor cuando se superan los 10 minutos, ya que el 90% de las partículas se encuentran inactivas. Por todo ello, según la investigación, la importancia en la capacidad del coronavirus estaría más en la humedad que en la cantidad de partículas puesto que a mayor humedad (por ejemplo un baño), mayor capacidad de contagio.
Los resultados aún deben ser probados fuera de laboratorio y se hicieron antes de la aparición de ómicron
Eso sí, aún teniendo que extrapolar estos resultados a la vida real, puesto que solo han sido probados en laboratorio, los investigadores piden cautela y mantener la vigilancia. "La infectividad no disminuye a cero incluso después de largos períodos", han señalado los autores dejando la incógnita de si con incluso un 10% de actividad en las partículas, la covid-19 puede resultar contagiosa.