
La Comisión Europea, en constante preocupación sobre la seguridad alimentaria, ha revisado los límites marcados sobre determinados metales pesados para que no den lugar a problemas de toxicidad en la dieta. En concreto, sobre el cadmio y el plomo, los niveles se han reducido afectando a una serie de productos.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto sobre aviso los nuevos topes que las autoridades sanitarias europeas han determinado para el cadmio y el plomo en los alimentos. Un contenido que podía resultar tóxico para ciertos grupos poblacionales y que con esta nueva revisión tratará de organizar una dieta más saludable.
¿Dónde está presente el cadmio?
En lo que refiere al cadmio, perjudicial para niños, vegetarianos y fumadores ya que pueden incluso doblar la ingesta semanal recomendada, el nuevo tope fijado es de 2,5 microgramos por kilo de peso cada siete días. Un mineral que al estar muy presente en el sistema, es prácticamente imposible de eliminar en consumo.
Sin embargo, es en cereales y derivados, vegetales, frutos secos, patatas, legumbres, o productos cárnicos donde más hay que extremar el cuidado sobre ello. Por ello, en la nueva recomendación se establecen límites para, entre otros, cereales, legumbres, carnes, moluscos, chocolate y productos con cacao, remolacha, ajos, frutos rojos, frutos secos, pescados y sal.
¿Dónde está presente el plomo?
Por su parte, el plomo es un contaminante medioambiental natural. Procedente, mayoritariamente, de la actividad humana, contamina agua y suelos por lo que está prohibido en determinados productos como pinturas o tuberías. Además, es uno de los metales pesados que más problemas cardiovasculares puede provocar en adultos, mientras que puede producir neurotoxicidad sobre fetos, bebés y niños.
De esta forma, la nueva normativa establece el límite en casquería, setas no cultivadas, alimentos infantiles o sal, así como en especias como la cúrcuma. También cabe extremar la atención sobre cereales, semillas, patatas o verduras de hoja verde, alimentos que contribuyen de una manera alta a la exposición del plomo en la dieta.
Unos nuevos límites que la OCU pone en valor pero no queriendo "demonizar" a ningún alimento, si no con el fin de hacer hincapié en la clave de una dieta variada y equilibrada.