
Hace unos días conocíamos las primeras conclusiones de un macroestudio realizado con más de 60.000 empleados de Microsoft en el que se valoró cómo les había afectado el teletrabajo forzado por la pandemia.
El estudio, en el que se examina el uso y envío de distintas herramientas por parte de sus empleados revelaba una disminución de la comunicación entre compañeros y ha suscitado un animado debate sobre el impacto a largo plazo del trabajo a distancia en la colaboración, la productividad y la innovación.
Pero el estudio incluye otro hallazgo notable: la duración de la semana laboral media dentro de la empresa aumentó aproximadamente un 10% tras el cambio al trabajo a distancia.
Todo apunta a las videollamadas como grandes culpables
Sin embargo, los investigadores afirman que eso no significa necesariamente que los empleados trabajen más horas sino que "podría ser un indicio de que los empleados eran menos productivos y necesitaban más tiempo para completar su trabajo, o de que sustituían parte de su tiempo de desplazamiento por tiempo de trabajo".
El estudio medía cuándo un trabajador se conectaba a una aplicación de la empresa, como el correo electrónico, por primera vez, y cuándo era la última vez que la usaba.
Ahí, en esas estimaciones de uso, queda claro que mientras los mails aumentaron pero se mantuvieron luego estables, el análisis dice que las horas de videollamadas no agendadas fueron las que más crecieron de todas, siendo el gran causante tanto de la posible pérdida de productividad como del aumento del tiempo de trabajo.
En pocas palabras, las videollamadas no planeadas eran el mayor ladrón de tiempo.
El debate sobre le teletrabajo ahora tiene más datos que nunca
Los resultados han atraído una amplia atención y análisis mientras las empresas y los trabajadores se enfrentan a las implicaciones del trabajo a distancia y hacen planes futuros para volver a la oficina o establecer lugares de trabajo híbridos.
Entre las conclusiones del estudio, ahora sabemos que la colaboración que los empleados dedicaban a las conexiones entre grupos disminuyera en un 25% del nivel anterior a la pandemia.
Además, el trabajo a distancia en toda la empresa hizo que los grupos separados se volvieran más intraconectados al añadir más conexiones dentro de sí mismos.
El cambio al trabajo a distancia también hizo que la estructura organizativa de Microsoft se volviera menos dinámica; los empleados de la big-tech añadieron menos colaboradores nuevos y se deshicieron de los existentes.
En un detallado hilo de Twitter, Steven Sinofsky, inversor y asesor tecnológico, y antiguo presidente de Microsoft Windows, advirtió del peligro de equiparar la comunicación con la colaboración, o de sacar conclusiones sobre el posible impacto del cambio en la comunicación sobre la productividad y la innovación.
En general, los investigadores de Microsoft sostienen que es demasiado pronto para evaluar plenamente el impacto a largo plazo del trabajo a distancia, y las empresas que intentan establecer políticas a largo plazo ahora podrían enfrentarse a consecuencias no deseadas en el futuro.
En muchos casos, escriben en el estudio, "las empresas están tomando decisiones para adoptar políticas de trabajo a distancia permanentes basadas únicamente en datos a corto plazo".