
España tiene una amenaza real de sufrir en algún momento de la historia un tsunami que arrasaría parte de sus costas. Sobre todo en el sur peninsular, esta afirmación de un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha puesto sobre alerta a todas las instituciones. Hasta tal punto que el Gobierno, junto a la Junta de Andalucía, ya han sondeado un plan por si tal fenómeno llegase a ocurrir.
Análisis del riesgo, operatividad, información a la población y sistema de alertas son algunos de los puntos básicos del Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos, que las autoridades gubernamentales tienen sobre las costas españolas y se recoge en el mismo Boletín Oficial del Estado (BOE).
Más en concreto sobre Andalucía occidental (Huelva y Cádiz), pero también con la posibilidad de llevarlo a cabo en Andalucía oriental, Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña, Galicia, Baleares, Canarias y Ceuta y Melilla, donde también hay posibilidades de que pudiese notarse tal fenómeno, el objetivo es estar prevenidos ante un suceso tan terrorífico como este.
Y es que según diversos estudios, confirmados por el CSIC, la falla de Averroes, sobre el mar de Alborrán, en su movimiento tectónico podría desencadenar olas de hasta seis metros de altura que llegarían al sur peninsular en media hora (entre 21 y 35 minutos). Por eso este proyecto para tener todo a punto con el fin de evacuar a la población y sufrir los menores daños posibles.
La evacuación, lo primordial
"Era una obligación, pero más allá del imperativo legal, este plan es imprescindible en un país como España, que cuenta con unos 7.660 kilómetros de costa en los que reside el 58% de la población", señaló el pasado mes de junio el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en la presentación del plan.
Un designio que ya tiene sobre base el Sistema Nacional de Alerta por Maremotos (SINAM). Un método que se nutre de diferentes organigramas geográficos para detectar precozmente la generación de maremotos, que emitiría una señal de aviso a la población en caso de riesgo serio para ordenar todos los preparativos de defensa.
El plan contempla hasta cómo alertar a la población en caso de una falsa seguridad previa a la primera ola que desencadena el maremoto
Desde la evacuación temprana hasta los efectos secundarios que generaría, por la fuerza de arrastre de las olas, el plan también contempla la aportación de recursos y medios para la intervención o cómo actuar ante la falsa seguridad en la bajada del nivel del mar, previo a la primera ola. Todo desde la colaboración de las diferentes instituciones, para "garantizar que se llegue a la mayor parte de la población en el menor tiempo posible".
Con el recuerdo del terremoto sobre Lorca en 2011 o el maremoto que ya arrasó Cádiz en 1755, este primer plan se focaliza sobre Andalucía pero alberga la posibilidad de extender la alerta sobre el resto de la costa española. "Se trata de establecer la coordinación necesaria entre todas las administraciones e incluye mecanismos de apoyo estatal a planes autónomos", remarca el Gobierno en una idea que suena a peliculera pero podría ocurrir en algún momento de la historia.