Javier Arrés es un artista español que en poco más de un año ha pasado de tener 300 euros en su cuenta corriente a casi un millón, según contó al programa de televisión Zapeando de la laSexta. Un crecimiento exponencial que ha conseguido gracias a una nueva disciplina artística, el denominado criptoarte, que crece al cobijo de la tecnología blockchain y las criptomonedas.
¿Qué es el criptoarte?
Se trata de una nueva vertiente creativa que se centra en la producción de arte digital, pero asegurando su autenticidad bajo la tecnología blockchain, una cadena de bloques cifrados y descentralizados que no dependen del control de un tercero sino del manejo de los propios usuarios. El caso más paradigmático es el de las criptomonedas, cuyo fin es económico. Sin embargo, en el mundo del criptoarte se utiliza este sistema para la adquisición de una autoría entre dos personas: la A y la B.
¿Cómo funciona el criptoarte?
La compañía de servicios de telecomunicaciones Lowi explica que el camino de esta disciplina comienza cuando un artista transforma su trabajo en criptoarte, es decir, llevando su obra a un mundo paralelo y virtual. Tras el proceso, esa creación queda protegida y encriptada y de ese modo se garantiza tanto su autenticidad como la autoría de la misma. ¿Qué ocurre cuando alguien compra una pieza de Criptoarte? Que compra algo no material. Es decir, no es como quien va, por ejemplo, a la Feria de Arte ARCO y paga millones por una obra que se lleva a su casa después de esa exposición.
Otros españoles liderando el criptoarte
Javier Arrés no es el único español que está triunfando en el incipiente mundo del criptoarte. Una multitud de obras de este sector con acento español salieron a subasta en pasado mes de mayo en formato NFT (non-fungible token) en una galería de Brooklyn (Nueva York). Una de ellas fue The Empathy Muscle, una performance del poeta español Marcos de la Fuente que une la palabra hablada y las tecnologías para crear un híbrido tres punto cero que después fue encriptado.
Una vez convertidas en arte criptográfico, piezas como la de Marcos de la Fuente pasó a ser un activo digital alojado en una cadena de bloques inimitable que se puede comprar con criptomonedas como el bitcoin, el ethereum, el doge o el tezos. "Hasta ahora lo digital no se podía autenticar, no tenía valor. La posibilidad hace cada pieza única. Es la verdadera revolución", señaló a EFE De la Fuente.
Relacionados
- El bitcoin y las criptomonedas se enfrentan a un mercado bajista que aún tiene recorrido
- El asedio de China a las criptomonedas provoca una gran migración mundial de mineros de bitcoin
- Los capos de las criptomonedas ya asoman la cabeza entre los más ricos del mundo
- Rogoff, sobre el bitcoin y las criptomonedas: Las autoridades tienen que despertar antes de que sea tarde