
Han pasado más de 140 años desde que August Kuentzmann y su esposa Melanie comenzaron, junto a su primo Joseph Damm, a elaborar cerveza en Barcelona, adonde habían llegado huyendo de la guerra franco-prusiana de 1870-71. Muchas cosas han cambiado desde que Damm vio la luz en 1876 -casi todo, menos la receta de su Estrella, elaborada hoy como entonces a base de malta de cebada, arroz y lúpulo, 100% naturales-.
A lo largo de estos más de 140 años, Damm se ha establecido como un referente internacional en el sector de alimentación y bebidas, con presencia en la logística y la distribución y un radio de acción que engloba a más de 120 países.
La compañía dispone hoy de 14 fábricas en la Península Ibérica, donde produce y envasa más de 17 millones de hectolitros de cerveza, agua, refrescos, leche y batidos. En 2018 su facturación superó los 1.250 millones de euros y la plantilla total de la empresa se situó en más de 4.300 personas a cierre de año.
Y Damm está decidida a seguir creciendo, que es precisamente uno de los objetivos principales definidos por su plan estratégico 2017-2021. Así, destinó en el primer año del plan 170 millones de euros para aumentar la capacidad de sus plantas en un 30%; las inversiones industriales totalizan más de 900 millones de euros desde 2008. En 2017 Damm concluyó los trabajos de ampliación y mejora de sus fábricas de Barcelona y Murcia, para mejor afrontar la demanda nacional y exterior.
Y es que la internacionalización es otro de los pilares estratégicos de Damm. Las ventas de la compañía fuera de nuestras fronteras se incrementaron un 17% en 2017 con respecto al año anterior. Hoy representan más del 20% del total. Sus diferentes marcas han experimentado un crecimiento también en notoriedad, potenciado por el establecimiento de fuerza comercial propia -no menos de 300 trabajadores- en mercados claves, como Australia, Canadá, Chile, China, Estados Unidos, Reino Unido y Suecia.
Pieza clave en el planteamiento inmediato de la compañía es también la transformación digital, orientada a mejorar la eficiencia de toda la empresa y facilitar las alianzas con terceros. Desde el comienzo del plan estratégico, la empresa ha impulsado no menos de 70 iniciativas en este ámbito, entre las que destacan la renovación de las webs, la implantación de un nuevo sistema en las líneas de envasado de las plantas de El Prat y Murcia, la implantación de la firma digital en los contratos o el acuerdo por el que Damm se convierte en global partner de Barcelona Tech City para impulsar la actividad digital y tecnológica junto a empresas emergentes y emprendedores.
Respetuosa del entorno
Al mismo tiempo que crece y se digitaliza, Damm ha ido concediendo una importancia cada vez mayor a la necesidad de cuidar el medio ambiente. De entrada, el 100% de la electricidad que consume cuenta con certificación de garantía de origen verde. Además, la compañía trabaja estrechamente con sus proveedores locales -el 95% de los cuales se encuentra en la Península Ibérica- para reducir su huella hídrica. Estos factores ayudan a explicar el éxito de Damm a la hora de minimizar sus emisiones de CO2, que logra reducir en más de 2.600 toneladas cada año.
La compañía invirtió en 2017 más de 6 millones de euros en actividades de mantenimiento y mejora ambiental en sus operaciones, y estudia aumentar en 2.000 kilovatios (kW) las instalaciones de placas fotovoltaicas y cubiertas solares en sus centros. También en 2017, Estrella de Levante fue pionera en calcular y certificar la huella hídrica en toda la cadena de valor.
Un sabor para cada paladar
Sin duda, la joya de la corona es la cerveza Estrella Damm, que supone además el 85% de las ventas internacionales de la compañía. Pero su catálogo de propuestas abarca nada menos que 20 cervezas. Su vocación de maridaje con la mejor gastronomía se ha plasmado en el lanzamiento reciente de Malquerida, elaborada junto Albert y Ferran Adrià con la vista puesta en la comida latinoamericana. Damm había colaborado anteriormente con Ferran Adrià para crear Inedit, su cerveza premium de malta y trigo con especias.
Destacan asimismo la gama Daura -sin gluten-, Free Damm -0% de alcohol-, su clásica doble malta -Voll-Damm-, la negra Bock-Damm o la alsaciana A.K. Damm, que rinde tributo a su fundador. Damm es dueña, entre otras, de las marcas emblemáticas Estrella de Levante y Victoria. Pero su oferta no se limita al oro líquido.
Mucho más que cerveza
Desde 2015, Damm es el único accionista de Rodilla -en cuyo capital había entrado en 2006-, compañía célebre por sus sándwiches propietaria a su vez de las cafeterías Jamaica Coffee Experience y Café de Indias. El negocio de Rodilla creció casi un 14,7% en 2017. Damm posee además diversas marcas de agua mineral, refrescos y lácteos desde 1999.
Su división de logística, que engloba Damm Distribución Integral y otras marcas, mueve al año cerca de 20 millones de cajas, y en 2017 aumentó su facturación un 54%.