
Hablar del Ibex en estos últimos 15 años es hablar de crisis. De varias crisis que se han llevado por delante empresas, negocios e incluso han transformado sectores de arriba a abajo. Por poner algunos nombres propios, en 2006 se podían encontrar en el Ibex 35 acciones como la tabacalera Altadis, Banco Popular, Banesto, Cintra, Fadesa, Sogecable, Telecinco, Prisa o Antena 3, entre otras. Casi todas estas empresas y las que las acompañaban han tenido que sufrir hasta tres grandes crisis en solo 15 años. Estos vaivenes se han llevado hasta 5.000 puntos de un selectivo que rondaba los 14.000 enteros subido a una burbuja financiera y constructora.
Los años de vacas gordas llegaron a llevar al Ibex a su máximo histórico, alcanzado en noviembre de 2007 cerca de los 16.000 puntos. Sin embargo, en 2006 comenzó a cocinarse la mayor crisis de este siglo, al explotar una burbuja inmobiliaria que se tradujo en la caída de las hipotecas subprime en Estados Unidos (a la postre significaría la simbólica quiebra de Lehman un año después). El índice pasó de cotizar cerca de los 16.000 a la zona de los 12.000 enteros. Llegado el fatídico 2008 las bolsas se derrumbaron definitivamente hasta caer por debajo de los 7.000 puntos.
Los cambios en el Ibex 35
Se podría decir que aquí se inició una de las grandes transformaciones también en el mercado español. El sector bancario sigue teniendo 5 representantes en el índice en 2021, los mismos que hace 15 años, con el cambio de Banco Popular por CaixaBank, con permiso de todas las entradas y salidas que se han producido en estos 15 años que han transcurrido.
El negocio que sí ha perdido peso desde entonces es el de la construcción: en 2006 había 6 empresas del sector y de gestión de infraestructuras, con Abertis, Acciona, ACS, Cintra, FCC y Sacyr-Vallehermoso, una lista que ahora se ha reducido a 3, con Acciona, ACS y Ferrovial (esta última se fusionó con Cintra en el año 2009).
Repsol todavía tenía YPF en su nombre, antes de la expropiación por parte del gobierno argentino en 2012, mientras que IAG todavía no existía, y era Iberia la que representaba al sector de las aerolíneas en aquel momento. Gamesa, por su parte, todavía no había sido absorbida por el gigante industrial alemán Siemens.
Por parte de las eléctricas, la absorción de de Unión Fenosa por parte de Gas Natural, que posteriormente cambió su nombre a Naturgy, ha dejado 3 representantes del sector en el índice, frente a las 4 que había hace 15 años.
En el frente tecnológico, los cambios más importantes han sido la desaparición de Sogecable y de TPI del selectivo, mientras que hoy se encuentran Cellnex Telecom y Amadeus entre los pesos pesados del selectivo por capitalización.
Política monetaria y materias
Los bancos centrales estuvieron lentos a la hora de aplicar las políticas ultraexpansivas que el mercado requería y eso conllevó, años más tarde, a certificar la crisis de deuda que comenzó en el año 2011, con un repunte de los diferenciales de las referencias de los países más débiles económicamente del momento, que eran los del sur de Europa. La tensión financiera del momento incluso propició unas elecciones adelantadas en España, que cambió de signo político en 2011 y fue rescatada en los meses siguientes. Esta tensión dio un giro total el 26 de julio del año siguiente, cuando Mario Draghi, que llevaba menos de un año en el puesto de presidente del BCE, pronunció la frase por la que pasó a la historia: "El BCE hará lo necesario para sostener al euro". Y así lo hizo, llevando el precio del dinero del 1,5% de 2009 al 0,05% de 2014. Solo dos días antes de aquello el Ibex marcaba el que sigue siendo el mínimo de todos los tiempos, por debajo de los 6.000 puntos.
Después de solucionarse la gran amenaza que supuso la crisis de deuda, el Ibex pasó varios años recuperándose del golpe que supuso el regreso a los 6.000 puntos, y alcanzó los 11.866 puntos en abril de 2015. Pocos meses después, en agosto, volverían los problemas para el selectivo, en este caso por una crisis que tenía su origen en el principal exportador del mundo: China. El gigante asiático decidió en agosto llevar a cabo una devaluación del yuan que afectó a los mercados mundiales rápidamente, por el miedo a que el líder comercial de mundo exportase deflación al resto del planeta.
La devaluación continuó en los siguientes meses, y las caídas en el Ibex profundizaron hasta perder los 8.000 puntos en varias ocasiones durante el año 2016. Estas pérdidas, además, coincidieron con uno de los peores momentos de los últimos años para la cotización de las materias primas. El 20 de enero de 2016, de hecho, el precio del petróleo, inmerso en una guerra de precios entre Estados Unidos y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), llegó a cotizar por debajo de los 30 dólares, un mínimo que no se veía desde 2004.
El peor día para el Ibex
Y cuando las bolsas parecían volver a recobrar el tono del pasado, llegó uno de esos llamados cisnes negros. El viernes 24 de junio de 2016, cuando el mercado descontaba una victoria tranquila del No al Brexit, saltó la sorpresa y con ella la derrota de una parte del proyecto común europeo. Aquel día el índice peor parado fue el Ibex 35, por su exposición al mercado y al turismo británico. El selectivo nacional firmó su peor sesión de la historia hasta entonces (en 2020 fue superado) con un desplome del 12,3%, superando incluso al 9% que perdió el 10 de octubre de 2008. Ese día la prima de riesgo española se fue a máximos de 2014 mientras los grandes valores como Telefónica, BBVA y Santander se iban a mínimos de los últimos años.
Tras ese momento, el foco se situaría en unas negociaciones que todavía colean y en unas elecciones americanas que cambiarían el paso de la historia reciente. En diciembre de ese año Donald Trump, también contra pronóstico, ganó la presidencia de Estados Unidos con un discurso proteccionista (que trasladó a aranceles, sobre todo a China) y antiinmigración.
Dos años después volvieron a llegar los problemas, en un 2018 que volvía a ser bajista para el Ibex. En aquella ocasión fue el temor de los mercados por la retirada de estímulos de los bancos centrales el que espoleó las caídas de la bolsa.
Y al igual que sucedió en 2016, cuando los mercados navegaban tranquilos hacia incluso una lenta pero progresiva normalización de las políticas monetarias de los grandes bancos centrales, el coronavirus emergió como la mayor pandemia del último siglo, con todos los efectos sobre la economía que ya conocemos. El Ibex, después de varios días dando vaivenes, el 12 de marzo de 2020 todo se cayó y, entonces sí, firmó la que hasta ahora ha sido la mayor caída de la historia, en este caso, de más del 14%, cuando la OMS confirmó que el Covid-19 ya no era una epidemia sino una pandemia. La incertidumbre fue total en los primeros meses, con un confinamiento duro en muchos países. En verano la economía compró una esperanza que en noviembre se transformó en realidad con los primeros datos de eficacia de la vacuna de Pfizer.
Más de año y medio después, las principales bolsas, salvo el Ibex, han recuperado niveles previos al Covid, y ahora el mayor riesgo para el mercado es una inflación disparada y unos costes de las materias primas y la energía que presionan el crecimiento y a su vez, a los bancos centrales mundiales.