15 Aniversario

Alimentación y bebidas, un sector clave en la economía española

  • El sector produce por valor de 130.000 millones de euros
  • Igualmente, las exportaciones suponen 33.000 millones de euros
  • Ahora, el principal reto de la industria alimentaria es la digitalización

La industria alimentaria, que ha demostrado su solvencia durante los momentos más duros de la pandemia, manteniendo la producción y exportando, hace frente al escenario postcovid poniendo el foco en la transformación digital para competir en un mundo globalizado.

Solo la industria de la alimentación y bebidas en España, según Fiab, la principal organización que lo representa, produce por valor de 130.000 millones de euros, tiene un valor añadido bruto del 15% del total de la industria (2,4% del global de la economía española) y emplea de forma directa más de 430.000 personas.

De cara al futuro, los avances en sostenibilidad y la digitalización, son claves para la industria alimentaria

Fiab agrupa a más de 30.000 empresas que exportan por valor de 33.000 millones de euros. Hablamos, por tanto, de un sector fundamental para la economía española que, en su mayor parte, lo componen pymes. Se trata de un sector estratégico y esencial para la economía española compuesto en su mayor parte por pymes, hasta un 96% del total.

España vaciada

Muchas de las industrias alimentarias españolas se ubican en localidades de la denominada España vaciada, razón por la cual contribuyen a fijar población y a evitar el éxodo de población, sobre todo joven, a las grandes ciudades.

El sector lidera también, fundamentalmente en el caso de las grandes compañías alimentarias –que son las que más recursos tienen para ello- los avances en los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) fijados por la ONU para el año 2030.

Avances en materia como la igualdad de género, donde la tasa de empleo femenino es del 40%; en innovación constante de procesos y productos que promuevan la salud y el bienestar, así como en sostenibilidad.

En este último apartado los avances de la industria transformadora de alimentos han sido más que notables en todo lo relacionado con reducción en el consumo de agua y energía, o bien en envases reciclables o reciclados.

Digitalización

Hay que subrayar el comportamiento que el sector ha tenido en los momentos críticos de la pandemia, periodo en el que no se dejó de producir con el fin de garantizar el abastecimiento de la población. Reto superado. Pero ahora toca mirar hacia delante. En este sentido, la industria de la alimentación y bebidas se prepara para los nuevos retos en la sociedad que vendrán tras la crisis sanitaria. Uno de ellos, tal vez el más apremiante, es la digitalización.

A tal fin, Fiab creó en mayo el primer centro de digitalización para ayudar, sobre todo a las pymes, que son las que menos recursos tienen, a amoldarse en su proceso de transformación con el fin de que puedan competir en un mercado cada vez más globalizado.

Pilares básicos

Este servicio de digitalización se apoya en torno a una serie de pilares fundamentales: la eficiencia a través de la automatización y robotización de procesos de back office (destinados a gestionar la propia empresa) mediante la automatización y robotización de procesos; la creación de valor, permitiendo a las compañías liberar recursos para actividades de mayor valor añadido y aumentando la productividad, tamaño y dimensión, al diluir las barreras de entrada de soluciones o mantenimientos necesarios para la actualización digital; y la internacionalización, ya que a través de la digitalización cualquier empresa tiene la posibilidad de competir globalmente.

Para la consecución de todos los fines apuntados, como continuar con la inversión en I+D, la reducción de las emisiones de CO2, la creación de empleo o el apremiante proceso de digitalización, la industria alimentaria reclama dos cosas: colaboración público-privada y evitar un incremento de impuestos.

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