Que el guacamole se ha puesto de moda en los últimos meses en nuestro país no es ninguna novedad. De hecho, esta salsa clave en la cocina mexicana que se prepara con aguacate, tomate, cilantro picado y cebolleta se encuentra con facilidad en los supermercados, a menudo bajo marcas blancas.
A diferencia de las salsas tradicionales, combina con muchos alimentos y es de gran utilidad para cualquier aperitivo, ya sea en casa o fuera de ella. Además, su elaboración casera es bastante sencilla (se necesitan pocos ingredientes) y el proceso es muy económico.
Propiedades
Entre sus beneficios, cabe destacar los siguientes, según varias investigaciones:
- Excelente fuente de vitaminas y minerales. Contiene vitamina E, que actúa como antioxidante; vitamina K, esencial para la coagulación de la sangre; vitamina C, vital para el sistema inmunológico y varias vitaminas del grupo B (como B6 y folato), que son determinantes para el metabolismo y la función cerebral.
- Presencia de antioxidantes. Como la luteína y la zeaxantina, compuestos que protegen las células del daño oxidativo, minimizando el riesgo de enfermedades crónicas y el envejecimiento prematuro.
- Favorece la salud cardiovascular. Permite reducir la cantidad de colesterol malo, consiguiendo que la salud del corazón y otros órganos cercanos mejore mucho.
- Cuida la piel. Gracias a la vitamina C, le aporta la protección necesaria para evitar que los radicales libres la oxiden.
- Es rico en minerales. Sí, como el potasio, que ayuda a regular la presión arterial y el magnesio, necesario para la función muscular y nerviosa.
- Aporta una cantidad considerable de fibra dietética. Es vital para la salud digestiva. Y es que la fibra no ayuda a mantener una digestión regular, sino que también contribuye a la sensación de saciedad.
A tener en cuenta
Pero esto no es todo: también protege la vista, aumenta la memoria o favorece el embarazo. Ante este panorama, son varios los españoles y españolas que se preguntan si hay efectos secundarios cuando se consume guacamole. Y la respuesta es afirmativa.
Los principales problemas aparecen estrechamente relacionados con el sistema digestivo, debido a su alto contenido de fibra y grasas, y también existen riesgos de alergias y posibles interacciones con medicamentos. Aquellos con problemas digestivos, renales o que siguen dietas bajas en calorías, deberían evitarlo, en la medida de lo posible.