
El comercio, una de las actividades esenciales en la economía y en el empleo en España, se ha convertido en uno de los sectores con un impacto más traumático de la digitalización. En los últimos cinco años el comercio prácticamente ha perdido uno de cada diez locales comerciales abiertos en España.
Un declive de los puntos de venta físicos que según el análisis de Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) está estrechamente relacionado con el auge del comercio electrónico a raíz de la pandemia.
Según sus datos, el comercio minorista ha reducido desde 2019 a 2024 el número de locales comerciales abiertos en 49.970 puntos de venta, hasta situarse en poco más de medio millón de establecimientos. El desgaste del comercio tradicional no es nuevo, ya que en lo que va de este siglo en España han desaparecido más de 140.000 establecimientos, el 22,6% de los que había en el año 2000.
Pero el análisis recogido en el último número de Esenciales, que publica Fundación BBVA y el Ivie, destaca que esa tendencia se ha intensificado aún más en el último lustro, con la pandemia como claro punto de inflexión.
La irrupción del coronavirus supuso un tsunami para el sector. "Solo en el primer trimestre de 2020 cerraron 20.808 empresas minoristas. De las que estaban activas a 1 de enero de 2020, el 18,5% no seguía operativa al finalizar el cuarto trimestre", recoge el trabajo citando las estadísticas del INE. Aunque el número de locales llegó incluso a repuntar ligeramente en 2022 respecto a 2021 por lo que se calificó efecto 'champán', la caída ha sido aún más vertical desde entonces.
Además del efecto directo e inmediato por el confinamiento y las restricciones a las aperturas y loa aforos, tras la crisis sanitaria el sector ha sufrido otros impactos indirectos y más prolongados, provocados por los cambios en los hábitos de consumo que consolidó el Covid. El principal, el despegue definitivo del comercio electrónico en nuestro país de una forma estable y duradera.
Según el informe, "el impacto más diferenciado de la pandemia fue entre los canales online y offline". De hecho el comercio electrónico ya mostraba un crecimiento sostenido antes de la crisis sanitaria, pero el confinamiento disparó tanto los consumidores que empezaron a utilizarlo como el volumen de compras. "Entre 2019 y 2024 las ventas online en España casi se han duplicado, ya que han crecido un 95 % hasta alcanzar los 95.200 millones de euros", refleja el documento.
Tras la explosión de las ventas digitales en 2020, el crecimiento se moderó en los primeros meses de 2021 con incluso correcciones con tasas negativas. Pero pasados esos altibajos por la excepcionalidad, lo cierto es que el comercio electrónico avanza a un ritmo superior al del conjunto del sector. "De acuerdo con la CNMC, el volumen de ventas del comercio electrónico ha crecido en torno al 15% en los últimos dos años", apunta el documento.
Su éxito ha hecho que no sólo se extienda entre los consumidores. También el porcentaje de empresas que recurre a este canal de venta en España ha pasado del 36% previo a la Covid-19 al 45% según los últimos datos de 2023.
Más concentración
La reducción de las tiendas físicas en número y el auge del canal online también está cambiando el panorama de un sector tradicionalmente muy atomizado por la fuerte presencia de pymes y autónomos. "Las grandes cadenas, al contar con mayores recursos para adoptar estas tecnologías, han liderado el cambio, lo que ha favorecido la concentración del sector y ha dificultado la supervivencia de pequeños comercios", señalan los investigadores del Ivie.
El impacto de la pandemia también fue muy distinto según el formato empresarial. Las pequeñas cadenas fueron las que perdieron más ventas, incluso por encima de las empresas unilocalizadas, que en determinados segmentos como la alimentación supieron explotar la proximidad como punto fuerte ante la "nueva normalidad". En cambio, las grandes cadenas, mejor preparadas para operar en el canal online, lograron captar una gran parte de esta nueva demanda.
La evolución tras este primer cuarto de siglo es clara para los autores del análisis. "Aunque el establecimiento físico seguirá siendo relevante para la mayoría de los consumidores, su función está evolucionando: deja de ser únicamente un punto de venta para convertirse en un espacio de experiencia", recoge en sus conclusiones.
Un escenario en que consideran que la supervivencia del comercio minorista dependerá de la capacidad para adoptar "un modelo omnicanal, que integre de forma efectiva los canales online y offline para mejorar la experiencia del consumidor".
Casi 6 de cada 10 consumidores
El desarrollo del comercio electrónico en España ha sido vertiginoso en apenas dos décadas. En 2006, apenas uno de cada diez españoles había realizado alguna compra online y por aquella época Amazon ni siquiera operaba con su plataforma propia en España (empezaría en 2011). Según los últimos datos de 2024 del INE, actualmente casi seis de cada diez españoles realiza compras online que además hoy día ha multiplicado sus canales con el móvil. En 2020, el año del confinamiento, las ventas a través de los teléfonos inteligentes, se dispararon más de un 60%.