
La decisión de BBVA de seguir adelante en la puja por Banco Sabadell encarrilla la operación hacia su momento clave: la apertura de la ventanilla para que los dueños del vallesano puedan elegir su camino. El canje se abrirá cinco días después de que el folleto de la transacción reciba luz verde por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el último trámite regulatorio pendiente. El destino del banco opado dependerá de un puñado de gestoras: una decena de ellas controla alrededor de un tercio del capital social del Sabadell. A medida que se acerca este momento clave, los fondos siguen moviéndose de forma frenética y ajustan sus posiciones dentro de la entidad.
El más inquieto de todos es BlackRock. Desde el lanzamiento de la opa, la firma estadounidense ha casi duplicado su peso en el banco catalán. Antes del 9 de mayo del año pasado, contaba con una cuota del 3,6%. Según los registros de la CNMV a fecha de ayer, este porcentaje alcanzó un 6,762%. Los movimientos han sido de ajustes leves tanto hacia más como hacia menos, aunque desde el dictamen del Gobierno del pasado martes se anotó un incremento adicional. El pasado 23 de junio, un día antes del fallo del Ejecutivo, la participación era de un 6,62%.

Líder en ambos bancos
BlackRock es precisamente el fondo que está más comprometido en la saga BBVA-Sabadell al ser el primer accionista en ambos bancos. En el vallesano, tiene invertido algo menos de 1.000 millones de euros, mientras que en el vasco este valor se quintuplica (ronda los 5.000 millones). Su decisión, por tanto, será clave en el desenlace de la transacción.
El gigante estadounidense no es el único que ha ido amoldando su participación a medida que la operación procedía hacia adelante y marcaba un hito tras otro. En esta última semana clave, Dimension -el tercer mayor accionista de la entidad presidida por Josep Oliu- ha reducido su peso hasta un 3,63% desde un 3,69%.
Para cruzarse con otros bailes en el accionariado hay que retroceder algo más. Hace dos meses, Morgan Stanley notificó que duplicó su posición, al anotarse un 1,41% desde un 0,68% anterior. Zurich, que afloró en el capital de la entidad el pasado octubre, incrementó progresivamente su posición hasta convertirse en el segundo accionista, con un 4,1%. El banco y grupo suizo comparten dos joint ventures por las que comercializan pólizas de seguros generales y de vida de la aseguradora suiza.
En sentido contrario, el fondo noruego Norges Bank disminuyó su cuota al 1,98% desde el 2,99% que ostentaba anteriormente. Este retroceso en el capital del banco se produjo en junio del año pasado, apenas un mes después del lanzamiento de la opa. Más allá de los grandes fondos, el accionariado del Sabadell cuenta con más de 200.000 minoritarios que, antes del asalto de BBVA, representaban alrededor de un 48% del capital.
La cúpula directiva del banco opado señaló que un 80% de los minoritarios son clientes del banco y que han expresado varias veces su rechazo a la integración con BBVA. Se trata de accionistas que tienen vínculos emocionales históricos con la entidad, un arraigo que se ha reforzado aún más con la vuelta de la sede a Cataluña, siete años después de su mudanza a Alicante, en pleno procés.
Para intentar persuadir a los dueños del Sabadell, varios analistas coinciden en que el vasco tendrá que poner sobre la mesa una oferta mejor, sobre todo frente a una prima que desde hace meses ha pasado a ser negativa. Una opción que el grupo presidido por Torres siempre ha descartado, aunque tendría la posibilidad de jugarse esta carta hasta cinco días antes de que cierre la ventanilla de la oferta. BBVA propone actualmente un canje de una acción de nueva creación por 5,34 títulos de Sabadell y un componente en efectivo de 70 céntimos.