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Las fortalezas a las que se agarra Europa tras el acuerdo comercial con Estados Unidos

  • El pacto supone una capitulación para evitar una guerra comercial abierta…
  • …pero los analistas anticipan que la economía europea aguantará por varios motivos
  • Los estímulos alemanes y la recuperación del consumo doméstico son las mejores bazas
El pacto comercial no será un colapso para la economía europea. Foto: eE
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El acuerdo comercial entre Europa y Estados Unidos ha sido una victoria para el segundo. Europa no ha querido ver el órdago de Donald Trump, y arriesgarse a entrar en una guerra comercial con Estados Unidos, en un momento en el que necesita las importaciones de energía de su socio americano, y de armamento, para hacer frente a Rusia y para reforzar su propio sistema defensivo. El pacto ha sido muy criticado, y se ha asumido como una derrota para Europa, que confirma su dependencia del líder americano. Sin embargo, muchos analistas destacan el impacto limitado que tendrán las concesiones europeas a Estados Unidos, y hacen hincapié en las fortalezas con las que cuenta el Viejo Continente en este momento para poder asumir el daño de los aranceles.

Tener que pagar un 15% de aranceles para poder vender productos en Estados Unidos, a cambio de estar obligado a comprarle productos a ese mismo país, tanto de defensa, como de energía, no parece un buen trato. Sin embargo, todo depende de cuál fuese el escenario alternativo, y eso es lo que están destacando muchos analistas sobre el pacto que ha cerrado la Comisión Europea con el gobierno de Donald Trump. "Es el mejor de los tratos posibles en unas circunstancias muy difíciles", ha reconocido Marco Sefcovic, el comisario de Comercio de la zona euro.

La alternativa era una guerra comercial abierta que, como destacan muchos analistas, habría desembocado en una recesión global, por las consecuencias económicas que habría tenido un conflicto de este tipo entre los dos mayores socios comerciales que existen en el mundo. Para muchos analistas, la postura de Europa tiene cierto sentido si se tiene en cuenta la alternativa, pero ahora, con el acuerdo ya cerrado, la clave es analizar cómo puede afectar a la economía europea.

En este sentido, el contexto para Europa no es tan oscuro como se puede pensar. Si bien el Viejo Continente parecía tener las de perder si se planteaba enfrentarse abiertamente con Estados Unidos en una guerra comercial, el acuerdo que se ha cerrado no va a hacer descarrilar la economía de la zona euro, que, según los expertos, tiene varias fortalezas que le van a permitir aguantar, ni tampoco parece excesivamente preocupante el compromiso de comprar productos al socio norteamericano, ya que, para algunos analistas, esto era algo inevitable, con o sin acuerdo.

Lo que parece claro, para casi todos los analistas, es que tener ya sobre el papel un nivel concreto de aranceles, tiene la parte positiva de permitir a las empresas europeas hacer planes a futuro. Hay que recordar que la incertidumbre es el peor enemigo de las inversiones, y uno de los mantras más repetidos por las empresas en momentos como este, como ya ocurrió en el primer mandato de Donald Trump en la Casa blanca, es que una resolución es el mejor de los escenarios, ya que, buena o mala, permite poder tomar una decisión.

"La relajación de las tensiones comerciales elimina un importante riesgo a la baja para la economía europea, y devuelve a las empresas la claridad que tanto necesitaban", explica Irene Lauro, economista para la eurozona de la gestora de fondos Schroders.

Los expertos coinciden en señalar que el impacto económico que tendrá el pacto con Estados Unidos será limitado. Matthew Ryan, responsable de estrategia de mercados en Ebury, explica cómo "el gran miedo era que erupcionase una guerra comercial, prolongada y sucia, que podría lanzar a la economía mundial a un frenazo agudo. Ahora estamos bastante confiados en que este no va a ser el caso, y los negocios europeos cuentan con el lujo de tener algo de certidumbre, y la capacidad de planificar a futuro", explica.

A juicio de Ryan, "el impacto de los aranceles a la eurozona es evidente, pero es gestionable, en los niveles actuales, con una estimación de un golpe de entre 0,3 y 0,5 puntos en el PIB del bloque en los próximos 3 a 5 años, moderado, pero no suficiente para desatar temores de recesión", señala el experto.

"El impacto de los aranceles a la eurozona es evidente, pero es gestionable", explica Matthew Ryan, de Ebury

En un análisis similar, Martin Wolburg, economista senior de Generali AM, explica cómo "evidentemente, esto representará un obstáculo para la actividad de la zona euro. Los primeros resultados de simulaciones sugieren que la producción europea se reducirá en alrededor del 0,5% respeto al escenario base", señala.

Wolburg, además, quita importancia al impacto negativo que puede tener el compromiso europeo de adquirir energía a Estados Unidos y material defensivo. "No esperamos que estas medidas, relativamente poco concretas, tengan un impacto significativo, ya que en gran parte probablemente habrían ocurrido de todos modos, dada la dependencia a corto plazo de la Unión Europea respecto al armamento estadounidense y su objetivo de reducir de forma permanente los lazos energéticos con Rusia", señala.

Los estímulos alemanes y las inversiones en defensa

Si bien Europa sufrirá el daño de unos aranceles más altos, ahora tiene entre sus fortalezas el giro que dio en marzo Alemania, que reformó su constitución para relajar el techo de la deuda, y que, en consecuencia, permitirá al país aumentar las inversiones en sectores estratégicos en los próximos años, algo que contribuirá a impulsar a la primera economía de la zona euro y apoyar el crecimiento.

"Para Europa, el acuerdo aporta cierta claridad y no tendrá un impacto significativamente negativo en general, dado el estímulo fiscal pendiente por parte de Alemania, junto con un mayor gasto en defensa, que debería ser un impulso para el crecimiento europeo y, con suerte, trasladarse al crecimiento de las ganancias empresariales con el tiempo", explica Anthony Willis, economista senior de Columbia Threadneedle Investments.

Hay que recordar que la zona euro se ha convertido en el destino favorito de los inversores en los últimos meses, a medida que las decisiones de Donald Trump han mellado el atractivo de Estados Unidos, por la incertidumbre que ha generado su política arancelaria, y por los problemas que está teniendo el Gobierno para reducir el déficit que acumula el país.

Julian Schaerer, economista de Julius Baer, explica cómo "si bien los aranceles sin duda serán un reto para Europa, su economía es ahora suficientemente resistente para aguantar las consecuencias. Después de varios años con un mal comportamiento relativo, la demanda doméstica en Europa ha empezado a mostrar signos de crecimiento recientemente y, no menos importante, por una política fiscal más expansiva, sobre todo en Alemania", destaca. "A medida que la demanda doméstica gana tracción, la dependencia de Europa en unas manufacturas centradas en la exportación es cada vez menor, lo que ayudará a amortiguar el impacto de los aranceles," concluye Schaerer.

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