
El futuro de Abengoa comienza a despejarse. Los planes que manejan en este momento los bancos acreedores y bonistas del grupo andaluz pasan por capitalizar la deuda y diluir la empresa hasta un porcentaje inferior al 8%, lo que provocará que Inversión Corporativa, el vehículo inversor a través del que los Benjumea, fundadores de la empresa, y otras familias andaluzas de pedigrí controlan el 57,485% del capital de la firma sevillana -40% de los derechos de voto-, verá rebajada su participación hasta el entorno del 3%, según señalan fuentes conocedoras de las negociaciones a ElEconomista.
Este porcentaje podría variar hacia arriba o hacia abajo ligeramente, en función del acuerdo definitivo para la reestructuración del grupo de ingeniería y energías renovables, que implicará una quita muy fuerte, pero en este momento ese es el planteamiento que hay sobre la mesa de las entidades.
Tras esto, los principales acreedores, con el Santander a la cabeza entre las entidades, y Blackrock, D. E. Shaw, Eton Park, Elliott International, Invesco, Centerbridge y Värde Partners entre los bonistas, podrían convertirse en los accionistas mayoritarios de la compañía que preside José Domínguez Abascal.
Los detalles finales, no obstante, deberán esperar a que Álvarez & Marsal entregue el Plan de Viabilidad a los acreedores la próxima semana -probablemente más allá del lunes 18 de enero previsto-. KPMG lo analizará y redactará un plan definitivo, que los bancos quieren tener antes de que acabe el mes.
Álvarez & Marsal ya ha avanzado a los bancos que las necesidades de liquidez del grupo de ingeniería y energías renovables durante el plazo legal de cuatro meses del preconcurso de acreedores, que solicitó el pasado 25 de noviembre, estarán por debajo de los 300 millones de euros, frente a los 450 millones que estimó hace un mes y medio. En concreto, una vez que el denominado G-7, integrado por el Santander, HSBC, Caixabank, Bankia, Popular y Sabadell, y el Instituto de Crédito Oficial (ICO) inyectaron 113 millones en diciembre, la compañía andaluza calcula que requerirá en torno a 160 millones hasta el 28 de marzo para hacer frente a las nóminas de sus empleados y las facturas con proveedores. Un importe que, en cualquier caso, los acreedores quieren recortar aún más, según señalan fuentes financieras.
El G-7 pretende que los bonistas y otros acreedores asuman en esta ocasión la aportación, que podría en todo caso partirse en más de una inyección -en enero las necesidades son inferiores a 100 millones-.
Abengoa fundamenta esta sustancial rebaja en la expectativa de poder ejecutar desinversiones en las próximas semanas y en el aplazamiento de pagos a proveedores, con los que en este momento trata de llegar a acuerdos. Entre las ventas, la compañía sevillana pretende no incluir a Atlantica Yield -Abengoa Yield hasta la semana pasada-, sin embargo, se ha encontrado con el rechazo frontal de los acreedores. La firma tiene el 39,4% del capital de su filial británica pignorado y tan sólo tiene liberado el 2,4%. El plan prevé reducir el tamaño del grupo una tercera parte, centrándose en el negocio de ingeniería, así como Abengoa Solar y Abengoa Water y no descarta desprenderse de Bioenergía.
Entre tanto, la Audiencia Nacional aguardaba ayer a recibir las fianzas por 16 millones del expresidente Felipe Benjumea y del exconsejero delegado Manuel Sánchez Ortega.