
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó el martes en el Congreso de los Diputados las líneas básicas de su mandato, destacando una agenda económica con un giro copernicano con respecto al Ejecutivo de Mariano Rajoy. Y es que Sánchez pretende dejarse un margen adicional de gasto de 16.000 millones entre 2018 y 2019 con el que conquistar a la clase media y a los pensionistas. De ahí que anticipe mejoras en sanidad, educación, servicios sociales y jubilaciones, pero gracias a un incremento notable del déficit público -de al menos medio punto del PIB tanto este año como el próximo-, así como a una preocupante subida de impuestos cuantificada en casi 6.000 millones.
Respecto a ese margen de gasto, este año el presidente logrará los primeros 10.000 millones. Casi 6.000 llegarán de mano del déficit público, que se situará en el 2,7% frente al 2,2% pactado con Bruselas por el anterior Ejecutivo. Los otros 4.000 llegarán por una sobrepresupuestación de la partida de intereses de la deuda, ratificada por la Autoridad Fiscal (AIReF) y confirmada a este diario por un exministro del PP: "Se presupuestó más por la posible subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo", admite.
En 2019, llegarán los otros casi 6.000 millones de gasto más con los que alimentar la artillería electoral, a través más impuestos que se cargarán a Sociedades, empresas tecnológicas, a la banca y al diésel. El sindicato de técnicos de Hacienda Gestha cree, además, que la recaudación posible puede llegar a los 9.700 millones si se suman las medidas anunciadas contra el fraude.
El Gobierno estima que la tributación real por Sociedades permitirá recaudar 2.000 millones de euros
Sánchez certificó el martes la subida a Sociedades de "los grandes conglomerados empresariales", para que "en ningún caso" tributen menos que las pymes. "El objetivo es rediseñar el tributo para fijar una tributación real mínima del 15%" a las grandes compañías. Una medida que se adopta -señaló el presidente- "por justicia social", y que reportará a las arcas públicas unos ingresos adicionales de 2.000 millones de euros.
De la misma forma, Sánchez anticipó la tasa tecnológica "para tener en cuenta el impacto de las grandes compañías que no pagan impuestos". Con ella se quieren lograr 1.050 millones al año. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ya apuntó la semana pasada a las compañías de economía colaborativa como Airbnb, pero el presidente no hizo mención a ello. Sí explicó, por el contrario, que su nuevo sistema fiscal incluirá "figuras tributarias" para "desincentivar prácticas que perjudiquen el medio ambiente", en relación al aumento de la presión fiscal del diésel -con el que pretende lograr 600 millones más en cada ejercicio- y un impuesto finalista al sector financiero para pagar las pensiones, con el que obtener otros 2.000 millones más. "Servirá para complementar las cotizaciones", como vía de ingresos a la Seguridad Social, y contribuirá "a sostener el sistema público de pensiones y la dignidad de las jubilaciones de los mayores", anunció.
Sánchez: "La falta de cohesión acaba provocando egoísmo y falta de confianza en la democracia"
El jefe del Ejecutivo, aplaudido por su bancada sin el entusiasmo de ocasiones anteriores, justificó su agenda en el combate de la "profunda desigualdad", y resaltó la precariedad entre los jóvenes, la pobreza infantil y las malas condiciones de muchos trabajadores. "La falta de cohesión acaba provocando egoísmo y falta de confianza en la democracia", remachó. En ese sentido, anunció un plan de choque para favorecer el empleo juvenil, la revisión y potenciación de los contratos de Formación y Relevo y la redacción del Estatuto del Becario.
El mandatario socialista manifestó su "firme compromiso" con la estabilidad presupuestaria, si bien no concretó ni una sola medida de ahorro. Tampoco para los gestos en política migratoria, como la acogida del barco Aquarius, o en la gestión sanitaria, con la retirada paulatina del copago a pensionistas y la reuniversalización sanitaria, cuyo decreto vio la luz este martes.
El PP recordó a Sánchez que las conquistas que hoy se arroga ya estaba recogidas en los Presupuestos de 2018
Tras una jornada aciaga para los socialistas -como la del lunes-, sufriendo un varapalo al decreto de RTVE ante la falta de apoyos suficientes, vino la del martes, entre críticas unánimes de la oposición al programa de Gobierno. El PP tildó el discurso de Sánchez de rancio, y le recordó que algunas conquistas que hoy se arroga ya estaban recogidas en los Presupuestos de 2018. Medidas a las que, por cierto, el PSOE se opuso en su momento.
Podemos, por su parte, rebatió la postura inmovilista del jefe del Ejecutivo, guardando la lista de amnistiados, a pesar de sus promesas. Los de Iglesias insistieron en que su apoyo, en lo sucesivo, no saldrá en balde, y no se conformarán con actuaciones de maquillaje. ERC y PdeCat también fueron duros en sus intervenciones, subrayando que su sustento al Gobierno no es ilimitado. Albert Rivera, líder de C's, remarcó la subida de ocho impuestos, y dio por hecho que no acometerá ninguna reforma, porque no tiene fuerza parlamentaria y sus políticas son del siglo pasado.
9.700 millones más elevando impuestos
Los técnicos del Ministerio de Hacienda calculan que con las nuevas subidas de impuestos anunciadas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la recaudación aumentará, como mínimo, en 9.700 millones de euros. De hecho, esta cifra podría aumentar hasta los 14.100 millones si se añaden los 2.500 millones que se ingresarían por las medidas de ahorro, eficiencia y calidad del gasto público, así como los 1.900 millones por elevar el IRPF a las grandes fortunas y el aumento de tipos de la renta del ahorro de los grandes patrimonios.