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El Gobierno heleno ha programado su visita a Estados Unidos con la esperanza de obtener financiación, tras las dificultades con las que se ha encontrado para dar salida a sus recientes emisiones en Europa. Sin embargo, según indican varios analistas consultados por Bloomberg, los bonos helenos podrían no tener una acogida calurosa en Estados Unidos. Los bancos griegos piden más dinero al Gobierno ante las rebajas de rating.
Desde la gestora de fondos Axa Investment Manager calculan que los inversores estadounidenses podrían reclamar a los bonos en dólares a diez años una rentabilidad de hasta el 7,25%, lo que supondría una prima de hasta 410 puntos básicos sobre el bund alemán y de 330 puntos básicos sobre los treasuries.
Por su parte, analistas de la gestora TCW Group, estiman que Grecia tendrá que ofrecer una prima de más de 400 puntos básicos sobre los bonos estadounidenses. "Los inversores de EEUU no querrán recibir menos de lo que está pidiendo los inversores europeos", aseguró a Bloomberg Stuart Thomson, de Ignis Asset Management. Además, habría que añadir el riesgo de divisa, ya que más caídas para el euro podrían encarecer la devolución de la deuda.
El ministro de Finanzas griego, George Papaconstantinou, viajará a Estados Unidos después del 20 de abril para tratar captar entre 5.000 y 10.000 millones de dólares. Con este dinero tendrá que cubrir el vencimiento de 23.000 millones de euros de deuda pública que llegará entre abril y mayo, tras constatar la caída de la demanda para sus colocaciones entre sus socios europeos.
Sigue la incertidumbre
La incertidumbre sobre la capacidad de Grecia de hacer frente a sus cargas financieras y lidiar con su elevado déficit presupuestario sigue pesando en los mercados. Y es que a estos factores se unió ayer el baile de rumores sobre la posibilidad de que Grecia estuviera forzando un cambio en el plan de rescate diseñado por Bruselas y la supuesta fuga de capitales que están sufriendo los bancos.
Tampoco ayudó las posibles divergencias en el seno de la Eurozona sobre el interés que le sería exigido al gobierno griego en caso de que necesitara préstamos de otros miembros. Alemania querría ofrecer entre un 6 y un 6,5%, en línea con las últimas colocaciones, mientras que otros estarían dispuestos a dar créditos a un interés de entre el 4 y el 4,5%, ofreciendo un descuento sobre el mercado que es lo que reclama Grecia.
Como consecuencia de todas estas especulaciones, la rentabilidad del bono a diez años griego repuntó hasta cerca del 7,1%, y disparó el diferencial respecto al bund hasta los 404 puntos básicos, el máximo desde 1998. Esta mañana los bonos griegos se moderan y el rendimiento se sitúa en el 6,92%.
El ministro de Finanzas, Georgeos Papaconstantinou, señaló ayer que no podría continuar endeudándose a tasas del 7% durante mucho tiempo pero indicó que no tenía intención de usar el mecanismo de ayuda de la UE-FMI de momento. Insistía así en una idea que ya han expresado otros miembros del Gobierno, que ve que a pesar de la promesa de ayuda de la UE los bonos no reaccionan.
"Existe una enorme cantidad de incertidumbre sobre los términos de la red de seguridad, dijo la economista de Citigroup Giada Giani. "Esto asusta a los mercados porque creen que la participación del FMI podría conllevar reestructuración de la deuda".
Además del récord alcanzado por la rentabilidad de los bonos a diez años, el seguro contra impago de deuda (CDS) de Grecia se disparó hasta los 392,4 puntos básicos. En concreto, el precio de los seguros contra impago de la deuda griega a cinco años (CDS) aumentó hasta los 392,4 puntos básicos desde los 346 puntos en los que cerró el pasado 1 de abril.
En este escenario recibirá Grecia hoy la visita de un grupo de funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI), que permanecerán en el país dos semanas con el objetivo de "aportar asistencia técnica" en el área fiscal al país heleno.