
Cómo se busca empleo en España es una de las claves para entender por qué sigue siendo el país con la mayor tasa de paro de la Unión Europea. Y los datos que arroja la última Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) muestran varias sorpresas. Una de ellas es que, aunque el 45% de los parados analiza las vacantes de empleo publicadas, solo un 31% contesta a esos anuncios. Un porcentaje mayor, del 36,3% acude directamente a las empresas para preguntar si tienen algún puesto por cubrir.
En nuestro país, la primera opción a la hora de buscar trabajo sigue siendo preguntar a familiares y amigos. Lo hacen un 53,9%, un porcentaje que se ha reducido ligeramente en los últimos años. Pero este espacio no ha sido aprovechado por las opciones más digitales, algunas tan fáciles como colgar el currículo en un portal de empleo en Internet. Pese a ser extremadamente sencillo, solo lo hacen el 35,9%, menos de los que se dirigen directamente a los empleadores.
La estadística que elabora el INE inicia su serie actual en 2021 tras una profunda modificación para recoger los cambios que las nuevas tecnologías habían introducido en los hábitos de los desempleados. La mayoría de las fórmulas han reducido levemente su peso desde la pandemia, si bien conviene tener en cuenta que un mismo desempleado compatibiliza diversas opciones.
Es decir, que lo que revela esta evolución es una cierta diversificación en los métodos elegidos, si bien no ha alterado la distribución de las preferencias. Las menos utilizadas siguen siendo las oficinas públicas de empleo (20,1%), las ETTs (14,8%) y el autoempleo (solo un 3,3% de los parados ha iniciado gestiones para montar su propio negocio).
Desconfianza con los anuncios
¿Pero qué pasa con los anuncios de empleo? ¿Por qué hay tanta diferencia entre los que los consultan y los que se postulan como candidatos? Hay varios motivos, el principal el desajuste entre oferta y demanda. Es decir, que no se cumplen los requisitos exigidos o las condiciones no convencen a los potenciales trabajadores. Pero en un entorno dominado por múltiples plataformas digitales el que una vacante puede recibir miles de respuestas, ni siquiera los candidatos cualificados confían en superar el primero filtro, muchas veces automatizado por algoritmos.
La EPA no recoge cómo buscan empleo los ocupados que quieren cambiar de trabajo, un análisis pendiente que es crítico para obtener una foto más completa de esta cuestión, Pero, en el caso de los parados, lo que se aprecia es que el porcentaje de entrevistas y procesos de selección es muy reducido: solo un 12,5% de los parados pasan por uno. Cierto es que los que lo superan dejan de ser parados y desaparecen de la estadística, pero el reducido porcentaje (inferior al 12,9% anotado un año antes) apunta a que apenas uno de cada diez parados llega a tener la oportunidad.
En este escenario, aunque los anuncios se consideran una guía informativa, los parados prefierEn vías más directas, contactando directamente con las empresas a través de una 'autocandidatura'. Lo que la EPA no precisa es el canal de esa comunicación. ¿Es presencial, como en el pasado y es habitual en sectores como la hostelería con un tejido productivo muy atomizado en pequeños negocios? ¿Se remiten el currículo a los departamentos de recursos humanos? ¿O se utilizan redes, como LinkedIn, para contactar directamente con los responsables de las empresas de interés?
Las fórmulas varían según el sector y perfil profesional del buscador de empleo. Pero el hecho es que la vía directa y 'proactiva' en la búsqueda de empleo, ya sea a través de contactos personales o llamando a las puertas de las empresas, sigue siendo la principal opción. Incluso en un momento en el que para presentarse a un anuncio de trabajo basta con un clic.