
La agencia de rating Fitch ha rebajado la nota a largo plazo de Banco Popular de B+ a B, a dos pasos de CCC, con perspectiva negativa, y mantiene a corto plazo la calificación B. Lo hace por segunda vez en tres meses. l Santander contrata a Citigroup para estudiar la posible compra de Popular
Fitch también ha revisado a la baja el rating de la deuda subordinada y participaciones preferentes hasta B- y CC, desde B y CCC, respectivamente.
La agencia argumenta su decisión por el deterioro de los niveles de capital del banco en el primer trimestre. "La rebaja de las calificaciones refleja el deterioro de posición de capital, ya de por sí débiles", explica en una nota.
Para Fitch existe un mayor riesgo sobre la capacidad del banco para restaurar su solvencia y acelerar la reducción de los activos problemáticos. La firma indica que la ratio Common Equity Tier 1 (CET1) se situó en el 7,3% a cierre de marzo frente al 8,2% reportado a finales de 2016.
La agencia recuerda que el presidente de la entidad, Emilio Saracho, anunció que el banco debía ejecutar una ampliación de capital o ser vendido, "en ausencia de medidas la perspectiva negativa refleja los riesgos de cumplir las exigencias regulatorias de capital, de poner en peligro su solvencia y perfil de liquidez".
Advierte que la entidad es particularmente sensible a los sentimientos de los consumidores y los inversores y que el nuevo equipo de gestión ha encontrado dificultades en ejecutar acciones para remediar la situación. Y mete presión para no retrasar más la decisión para no deteriorar más los fundamentos crediticios.
En principio, el consejo de administración se ha puesto de fecha límite el 10 de junio para aceptar una oferta de compra. Santander y Bankia, parten como favoritas, tras enviar de manera formal las "muestras de interés" que había pedido el Banco Popular, y tras el paso atrás de BBVA en el proceso de venta.
A pesar de dibujar un panorama sombrío, Fitch afirma que durante los primeros tres meses del año la base de depósitos se mantuvo estable y las reservas de liquidez son suficientes para afrontar los próximos vencimientos de deuda.