Barcelona
En teoría miliar, se conoce como guerra de proxies a las contiendas en que dos o más potencias emplean sustitutos para evitar el enfrentamiento directo. Mutatis mutandis, eso es lo que está ocurriendo en las elecciones de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña (AIC), el paraguas jurídico creado en 2010 para representar a los api de Barcelona, Girona y Lleida.
Si en primera línea se postulan dos candidatos, Vicenç Hernández y Montse Junyent, entre bambalinas se mueven otros actores. Por un lado, Gerard Duelo, actual presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Barcelona (COAPI), que respalda abiertamente a Hernández. Por otro, Joan Ollé, expresidente del COAPI y apoyo discreto de Junyent —su hijo, Marc Ollé, va en la lista de la gestora—.
Su ascendiente no es menor. De hecho, la figura de Duelo imposibilitó sellar una lista unitaria entre ambos aspirantes. Los de Junyent exigieron la cabeza del presidente del COAPI a cambio de fusionarse con la candidatura del CEO de Tecnotràmit. Hernández pidió separar ambas instituciones y se avino a cerrar una plataforma conjunta, aunque dando algo más de peso a los suyos. Finalmente, la entente no fue posible.
Muchos critican a Duelo por haber generado un clima laboral "dictatorial" en el COAPI, como apunta una fuente muy cercana. Y acusan a Hernández de no ponerle coto en campaña. Una videoentrevista de Duelo difundida en el canal de Youtube del colegio irritó sobremanera a los de Junyent por su tono despectivo.
Aunque también es cierto que hay quien se la tiene jurada: el número dos de Junyent es Francesc Quintana, que perdió las elecciones del colegio en 2018 justamente contra Duelo. Algunos creen que está "resentido" por esa pelea frustrada. Quintana no se ha quedado corto estos días en arremeter contra Hernández, Duelo y la opción continuista. Sorprenden sus reproches teniendo en cuenta que ha sido tesorero de la AIC hasta hace dos días.
Detrás de sí, Junyent y Quintana tienen el respaldo de Joan Ollé, que fue presidente del COAPI entre 2004 y 2018 y que se ha distanciado de Duelo y su equipo durante el último mandato. Este punto es importante. Muchos observadores consideran que en el pulso por la AIC se están ventilando rencillas personales que llevaban tiempo larvadas. Además, se cruzan cuestiones relativas tanto a la asociación como al COAPI, en una promiscuidad de críticas que tiene que ver con la coincidencia de los mismos protagonistas en ambas entidades.
"Esta es una guerra con personas interpuestas. Se trata de un Duelo versus Ollé", resume una fuente con larga experiencia en el sector inmobiliario.
Visiones contrapuestas
Pese a este mar de fondo, las fuentes consultadas, incluidas Hernández y Junyent, defienden que la rivalidad se centra en visiones alternativas sobre el rumbo de la AIC. Hernández pone en valor la dimensión "empresarial" que ha alcanzado la asociación, que factura cerca de siete millones y ya ha alcanzado 3.737 socios en Cataluña —2.000 más si se cuentan los allegados a través de ANAI (Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios)—.
Este crecimiento les ha llevado a expandirse más allá de Cataluña. Justo lo que se reprocha desde el bando contrario. Junyent reclama un cambio de foco: pide más servicios para los asociados en Cataluña antes de buscar negocio en el resto de España o Hispanoamérica. Hay otras diferencias sobre la función e importancia de las apialia (agrupaciones comerciales inmobiliarias de ámbito municipal o regional), el desarrollo de las proptech y, también, la gestión económica de la asociación.
Sobre este último punto, las acusaciones son veladas y con falta de pruebas, hasta donde ha comprobado este medio. El próximo viernes, 21 de marzo, hablarán las urnas.